martes 30, septiembre, 2025

AVISO DE CURVA

Rubén Olvera

La fórmula Coahuila en seguridad

Si hoy preguntamos a cien mexicanos sobre la seguridad en el lugar donde viven, setenta y cinco responderán sin titubeos que se sienten inseguros. O, mejor dicho, tres de cada cuatro temen ser víctimas de un delito. El porcentaje no es menor; hablamos del 75.6% de la población.

En algunos estados la situación se vuelve crítica. En al menos cinco de ellos, la percepción de inseguridad sube hasta nueve de cada diez habitantes. Si usted conoce a una decena de morelenses, solo uno confesará que vive con tranquilidad.

En Tabasco, Estado de México, Guanajuato y Zacatecas ocurre lo mismo. El 90% de la población adulta considera que vivir en estas entidades es sinónimo de inseguridad.

No se trata de cifras antojadizas. Son indicadores que el INEGI genera desde 2011, gracias a la ENVIPE o Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública.

El primer resultado que salta a la vista en el reporte de 2025 es que únicamente tres estados registran una percepción de inseguridad menor al 40%. Destaca Coahuila, con un 37.7%, como la segunda entidad más segura del país, solo superada —yo diría que hay un empate— por Baja California Sur (37.4%). En el tercer lugar aparece Yucatán (39.6%).

En estas entidades, seis de cada diez personas dicen sentirse seguras en su hogar, al caminar por la calle o cuando acuden a su trabajo. Todos los demás estados tienen una situación complicada, pues la percepción de inseguridad supera el 50%, e incluso algunos rondan el 90%.

En un país donde la inseguridad es el principal problema público —más grave que la salud y el desempleo—, estas cifras nacionales y de la mayoría de los estados resultan alarmantes, se mire por donde se mire. Lo peor es que, de acuerdo con el INEGI, la situación se agravó durante el último año.

Algunas autoridades, sin embargo, parecen autoengañarse y no dimensionan la problemática, aun con las cifras de inseguridad frente a sus ojos. Rechazan —quizá por ideología o por vanidad— tomar el ejemplo de entidades que sí muestran resultados.

Recientemente, por ejemplo, en una reunión del Gabinete de Seguridad con la presidenta Claudia Sheinbaum, varios mandatarios presentaron sus estrategias de seguridad de forma elocuente y hasta rimbombante, pero llenas de cifras alegres. La realidad terminó contradiciéndolos.

Ahí está Guanajuato. La presentación de la gobernadora fue de las más elogiadas, sobre todo por quienes no viven en ese estado o desconocen las estadísticas de seguridad. Pero al final solo fueron palabras bonitas, pues la encuesta del INEGI reveló que el 88.5% de la población se siente insegura en una de las entidades más violentas del país.

Otros estados no necesitan presentaciones estilizadas cuando sus indicadores hablan por sí solos. Lo que deberían hacer varios gobernadores, en lugar de mostrar cifras a modo, es mirar con atención lo que se hace en Coahuila, BCS y Yucatán, e intentar replicarlo.

El caso de Coahuila es bastante llamativo: en 2011 la ENVIPE revelaba que el 65.6% de los coahuilenses se sentían inseguros. En 2025, como vimos, solo el 37.7% teme ser víctima de un delito. Una mejora de casi cien por ciento.

En asuntos de gobierno no existen casualidades ni milagros. Seguro que detrás de este cambio hay una estrategia que convierte a Coahuila en un modelo replicable. Valdría la pena darlo a conocer a todo México.

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