Rubén Olvera
Durango, un despegue silencioso
Qué calladito se tenía el gobernador Esteban Villegas algunos de los avances económicos de Durango en los últimos tres años. Para abrir boca, recordemos que a principios de 2025 la firma mexicana Fermaca anunció una inversión superior a los 3,700 millones de dólares en dos proyectos estratégicos: una ciudad digital o centro de datos en la capital y una planta de fertilizantes en Lerdo.
No es una nota menor. Muy pocos estados, incluso países, pueden presumir proyectos de este calado. De hecho, debido a su monto y características, esta inversión es histórica para una entidad que durante décadas permaneció fuera del radar de las grandes empresas.
Además, su llegada implica una derrama económica considerable, con efectos en el crecimiento y el empleo. Sin duda, las prioridades de los gobiernos estatales.
Pero más allá de los dineros, el proyecto representa una buena oportunidad para que el estado eleve su competitividad y transforme su estructura productiva hacia actividades de mayor valor agregado, ya que la nueva ciudad digital se vinculará con sectores de avanzada: nuevas tecnologías, inteligencia artificial, almacenamiento en la nube y minería de datos. Un lujo.
Y hay un bono adicional que acompaña al proyecto: las señales que se envían a otros inversionistas. El centro de datos de Fermaca transmite —a la velocidad de la fibra óptica— una certeza contundente: Durango reúne lo necesario y ofrece un ambiente de negocios propicio para recibir inversiones globales en sectores de vanguardia. En un entorno altamente competitivo, eso marca la diferencia.
Precisamente por ello, este desarrollo coloca a Durango en un terreno que parecía reservado a regiones como Querétaro, Jalisco, Nuevo León o la Ciudad de México, líderes en infraestructura tecnológica. De consolidarse, según lo proyectado por los inversionistas y las expectativas del gobierno estatal, la entidad podría convertirse en un imán para proveedores tecnológicos. Ello se traducirá en más empleos y mayores oportunidades para los emprendedores y pymes locales.
Pero ojo, porque hay un detalle: el agua. Es conocido que las actividades de alto perfil tecnológico, como los centros de datos, demandan grandes volúmenes para refrigerar sus componentes. Si Durango pretende competir por estas inversiones, junto con las del sector automotriz, tendrá que invertir en su infraestructura hidráulica para evitar el estrés hídrico que ya afecta a otras regiones industriales del norte del país.
En este contexto resalta otro de los anuncios que el gobernador Esteban Villegas guardaba celosamente. En su Tercer Informe, a principios de septiembre, confirmó la construcción de la presa El Tunal II. Una obra esperada desde hace décadas, pero que hoy cobra mayor relevancia porque se adelanta al crecimiento industrial y poblacional proyectado para los próximos años.
En otra ocasión hablaremos del crecimiento económico y la seguridad en Durango, pero basta señalar que en 2024 fue la segunda entidad que más creció y en 2025 se colocó entre los tres estados con el Índice de Paz más alto del país.
El balance general es alentador, pero las autoridades deben acelerar el paso. Conozco el estado y sé que tiene un gran potencial. Ya es hora de que Durango deje atrás la imagen del “vecino rezagado” y ocupe un mejor lugar en el mapa económico del norte de México.