viernes 8, agosto, 2025

AVISO DE CURVA

Crecer o no crecer

Rubén Olvera

México suma casi tres décadas pagando el precio de un crecimiento económico demasiado bajo. Y esa factura se siente en la economía real. El ingreso promedio por persona —PIB per cápita— lleva años estancado. Este es uno de los termómetros más confiables para medir el progreso de un país.

Corría el año 2000 cuando el Banco Mundial colocaba a México con un PIB per cápita mayor al promedio mundial: 9,582 dólares, contra 7,871 —dólares constantes de 2015—. Una buena ventaja. Ahí la llevábamos.

Cuatro sexenios después —con tres partidos políticos y tres ideologías desfilando en la presidencia—, el promedio global subió a 11,876 dólares en 2024, y México se quedó en 10,313. Mientras el mundo mejoraba su nivel de vida, nosotros nos rezagábamos.

Lo más alarmante —lo digo así porque es algo que daña al orgullo nacional— es que países como Argentina y Chile, que en el 2000 estaban a la par de México, hoy nos superan, pues en 2024 registraron niveles de ingreso promedio de 12,667 y 14,579 dólares, respectivamente. Si la economía mexicana no sale de su letargo, estas naciones, y muchas otras, se alejarán aún más en los próximos años.

Cuando el PIB apenas crece y de forma irregular, la riqueza disponible se divide entre más habitantes. Es justo lo que ha ocurrido en los últimos años.

De hecho, en el sexenio más reciente, el ingreso promedio de los mexicanos no creció, pues pasamos de 10,296 dólares en 2018 a 10,313 en 2024 —insisto, son precios constantes de 2015—.

Es obvio que un incremento de apenas 17 dólares en seis años provocaría que cayéramos por debajo del promedio mundial y que otros países nos dejaran atrás.  

No hay que buscarle mucho. La razón principal es la desaceleración de la economía. Eso explica la parálisis del PIB per cápita. El crecimiento de los últimos cuatro sexenios ha resultado bajo, y ninguno se salva.

Llama la atención, además, que en el sexenio más reciente el avance haya sido el menor en décadas. Eso estancó todavía más el ingreso promedio.

Es cierto que en 2009 y 2020 dos crisis internacionales golpearon a México, lo que explica el bajo crecimiento del PIB en esos años. Sin embargo, aun sin esas coyunturas externas, lo más probable es que el desempeño habría sido igual de modesto en los cuatro sexenios.

Pero dejemos las comparaciones y vayamos al fondo: el verdadero problema de la economía mexicana es su bajo crecimiento económico. Un avance significativo y sostenido del PIB per cápita solo será posible, como recomiendan varios especialistas, si México crece al menos 4% anual. Con tasas del 2% o 1%, como hasta ahora, la brecha con el resto del mundo, y con países que alguna vez se consideraron menos prósperos, seguirá ampliándose año tras año. 

La comparación —odiosa como todas— del crecimiento anual entre sexenios deja claro que ninguno cumplió con lo necesario para avanzar. En su momento, izquierdistas, centristas y derechistas tomaron caminos distintos, pero curiosamente, las tres corrientes llegaron al mismo punto: bajo crecimiento del PIB y del ingreso promedio.

Menos ingreso significa más pobreza. Ese es el verdadero costo de no crecer. Sin dilemas.

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