viernes 9, mayo, 2025

AVISO DE CURVA

Rubén Olvera

Coahuila: crecimiento económico en suspenso

El anuncio de organismos internacionales sobre una posible caída del PIB en México y una recesión en Estados Unidos en 2025 provocó diversas reacciones en Coahuila, algunas de notoria preocupación.

Hay una razón para ello: el crecimiento económico de Coahuila se detuvo en los últimos dos años. Lo que inició como una desaceleración en 2023 podría volverse una situación crítica si el PIB estatal cae nuevamente en 2025.

De ser así, los analistas adoptarían una visión, digamos, más estricta del panorama económico estatal. Existe una palabra que, en economía, nadie quiere pronunciar ni escuchar: crisis.

Por ahora, el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) de Coahuila retrocedió a una tasa anual de -0.3 % en 2024, según el INEGI.

Quizás este aviso no llame mucho la atención; después de todo, la reducción no fue tan drástica. Otros estados, como Campeche y Tabasco, experimentaron caídas más severas, de -7.0 % y -7.1 %, respectivamente. Pero eso no debe servir de consuelo.

El problema es que la contracción de 2024, aunque leve, fue precedida por un descenso mayor en 2023, cuando el PIB estatal bajó -0.7 %.

Dos años consecutivos con crecimiento económico negativo no son un episodio fugaz; al contrario, son un claro aviso para que autoridades y agentes económicos identifiquen las causas del problema. Y dado que la situación exige una acción anticipada, urge acordar una nueva estrategia para sacar a la economía de ese letargo.

Todavía hay tiempo antes de que se defina 2025. El ITAEE del primer trimestre se publicará en julio, aunque las autoridades seguramente ya intuyen el resultado. La desaceleración de la economía mexicana y una posible recesión en Estados Unidos —mercado clave para las exportaciones— no son buenas noticias para Coahuila.

Pero algo debe hacerse. El crecimiento económico no surge de la nada; existen políticas, algunas mejores que otras, para impulsarlo.

Lo ocurrido en 2024 es un buen ejemplo. Ese año, Coahuila creció durante los últimos tres trimestres, después de cuatro trimestres consecutivos con tasas negativas. Sin embargo, la fuerte caída del primer trimestre (-4.4%) impidió cerrar el año con un crecimiento positivo. ¿Influyó el gobierno estatal en esta reactivación?

Algunos economistas creen que las autoridades estatales no pueden influir mucho en el crecimiento, pues el PIB estatal depende de la economía nacional y, en estados exportadores, de lo que sucede en Estados Unidos. Afirman que las entidades federativas no tienen a su alcance ni los recursos ni los instrumentos para dinamizar la economía.

Esto no es del todo cierto, aunque se aproxima. La realidad es que México sigue siendo centralista en materia económica. El margen de maniobra de los gobiernos locales, especialmente presupuestal, es limitado.

No obstante, la evidencia muestra que las diferencias en el crecimiento entre estados se explican porque algunos gobiernos estatales han desarrollado capacidades para hacer crecer su economía, ya sea atrayendo inversiones, impulsando a las PYMES, infraestructura, formando capital humano o seguridad pública.

Coahuila atiende la mayoría de estos frentes, pero las tasas negativas de los últimos años indican que la estrategia debe revisarse. No hacer nada equivale a respaldar esa visión conformista de que los estados no tienen margen para impulsar el crecimiento.

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