Rubén Olvera
Inicio prometedor
Javier Díaz inicia una nueva historia del Gobierno municipal en momentos en que
Saltillo es reconocida como una de las ciudades más seguras y competitivas del
país. El reto es por partida doble y las expectativas están en su punto más alto.
Aun cuando los principales indicadores sociales y económicos se encuentran en el
top nacional, gobernar la capital de Coahuila no será tarea sencilla.
Los efectos no deseados, pero inevitables, de la industrialización y urbanización
representan los principales obstáculos a superar en ciudades de rápido
crecimiento como Saltillo.
No resulta difícil identificar al tráfico vehicular, transporte urbano, servicios
municipales, delitos del orden común y convivencia social, entre otros temas
prioritarios. Es innegable que algunos de estos desafíos se han acentuado en los
últimos años.
Considerándolo todo, los primeros días de Díaz como presidente municipal de
Saltillo lucen prometedores.
Más allá de los proyectos anunciados, algunos de los cuales se esperaban desde
hace años, la actitud prudente que Javier Díaz ha asumido en sus primeras
intervenciones ante estos retos ha llamado la atención. La templanza es la mejor
consejera para resolver problemas públicos complejos.
Por ejemplo, en materia de seguridad, el alcalde recibe una ciudad segura,
blindada frente a delitos de alto impacto, con el indicador de homicidios dolosos y
violentos a la baja. Díaz no dudó en valorar este logro, pero dijo no conformarse.
Reconoció que hay cosas por hacer respecto a otros delitos que prevalecen en
algunas zonas de la ciudad. Entre los problemas con mayor incidencia se
encuentran el robo, la violencia doméstica, riñas vecinales e incluso el consumo
de sustancias. El robo a casa habitación, en particular, sigue asolando a varias
colonias y barrios de Saltillo.
Tener una percepción realista y concreta de la seguridad municipal conduce a
mejores políticas públicas. Por lo pronto, el nuevo edil expresó que seguirá
apostado por la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, con las fuerzas
armadas y la Guardia Nacional. También anunció inversiones en tecnología de
vigilancia urbana y rural en apoyo a la Policía Municipal.
Es verdad que en los últimos años las autoridades municipales se han esmerado
en mejorar la seguridad, movilidad, imagen urbana, convivencia social y servicios públicos. Como resultado, Saltillo se ubica entre las ciudades más habitables del país.
Pero esos logros nunca serán definitivos o suficientes para una ciudad que atrae
permanentemente trabajadores de otros estados, crea nuevos fraccionamientos,
abre áreas comerciales o incrementa su parque vehicular. Máxime si, como
también señaló el alcalde, se pretende gestionar más inversiones.
Además, para la mayoría de los saltillenses, lo que distingue a un buen presidente
municipal de uno regular es su capacidad de ser proactivo y decidido frente a los
problemas, sin recámaras y sin rodeos.
A eso me refiero cuando digo que para Javier Díaz el reto de gobernar la capital
es doble: la exigencia ciudadana es mayúscula y los desafíos son considerables.
Vendrán otras decisiones cruciales, quizás en materia de transporte urbano. Sin
embargo, hay confianza de que se elegirán el camino y la dirección correctos.