viernes 22, noviembre, 2024

Ángeles Cruz, directora diáfana, valiente, arriesgada para presentar su película: ‘Nudo Mixteco’

 

 

Raúl Adalid Sainz

A la directora cinematográfica, Ángeles Cruz, la conocí como compañera actriz en la obra teatral, «La Controversia de Valladolid», de Jean Claude Carriere. Me sorprendía su capacidad interpretativa para translucir el alma de una mujer indígena desgarrada en su dignidad por el cruel conquistador español. 

 

El tiempo pasó y Ángeles, mujer de la sierra oaxaqueña, y de origen lagunero por su madre, oriunda de Torreón, tomó el camino de la dirección cinematográfica. He visto su gran corto dirigido, llamado, «Arcángel», su gran participación actoral en las películas, «Tamara y la Catarina», y «Espiral»; y el fin de semana viví su ópera prima, en largometraje, llamado: «Nudo Mixteco». 

Una viva y reflexiva película acerca de tres retratos de mujeres indígenas de la sierra oaxaqueña. Ahí donde confluye el nudo mixteco. Este nudo es la metáfora para desenterrar la condición callada que sufren las mujeres de este sitio de nuestro México. 

El callar su sexualidad, el pagar culpas por atavismos de conducta injustos, lineamientos desiguales de juicio para la mujer. La incapacidad de poder ejercer ésta su preferencia erótica. El tabú que Ángeles Cruz descorre para presentar bellamente el amor de dos mujeres del lugar. La posibilidad de vivir su amor lejos de la comunidad. Ese sería el tema del primer retrato. 

El segundo cuadro es el de la mujer que espera al hombre que se va al otro lado en busca de sustento. A los tres años que regresa, su mujer ya tiene otro compañero. Esta situación obtiene un orden, al ser ventilada en la asamblea comunitaria. Ahí las partes públicamente exponen su situación ante el pueblo, ellos opinan, dan su voto, a favor o en contra, y la autoridad del pueblo toma una decisión. 

El tercer retrato de mujer es aquel que busca que el abuso sexual de un tío a su pequeña sobrina no ocurra. La madre de la niña tiene que irse a la ciudad para conseguir sustento. Al regresar al pueblo por enfermedad de su madre se da cuenta que su hija está padeciendo lo mismo que el tío abusador hizo con ella. La situación es expuesta también públicamente y se obtiene justicia.

Lo interesante del filme de Ángeles, es que nos dice que al hablar la mujer con valentía puede alcanzar sentido de justicia su reclamo y derecho digno de ser. 

La película va más allá del reflejo costumbrista de vida del lugar, va a las causas y efectos que han provocado la falta de libertad y dignidad en la mujer. La película es un microcosmos de la humillación provocada por el machismo dominante. Ahí la visión de la película alcanza universalidad potente.

Un guion honesto, sincero, valiente y de gran lucidez fílmica por parte de Ángeles Cruz. De hecho fue ganador en el Festival Internacional de Cine de Morelia en el año 2021. Una muy buena fotografía de Carlos Correa, de diversas texturas de imagen, de acuerdo a la situación que viven los personajes. La cámara fisga el alma de los personajes.

La dirección de actores es un atributo más de la cinta. Todos entonados. Un trabajo de contención emotiva, donde la interioridad de los caracteres aflora por una rendija. Es el alma y los pensamientos de los personajes lo que está película retrata.

Es tan buena la cinta que recordé ese cine rural del gran cineasta chino Zhang Yimou.

El reparto actoral es otro acierto. Un gran trabajo de verosimilitud, transmisión y honestidad de Sonia Couoh, de Eillen Yañez, de Aída López, de Myriam Bravo, de Noé Hernández y Jorge Doal. Ellos como los actores centrales, pero el resto del elenco, con lugareños de los sitios, es muy celebrable.

Ojalá el cine mexicano se viera, este tipo de propuestas sensibles e inteligentes muestran universos dignos de sentir y analizar. Su reducto de público es muy limitado y pasan las buenas propuestas cinematográficas como viento fugaz. Labor de los cineastas tomar sus películas y llevarlas a distintos foros para su discusión. A universidades, preparatorias, a plazas y centros culturales en provincias y pueblos. Es urgente la formación de públicos para nuestras buenas propuestas cinematográficas. Mi felicitación grande para todo este equipo de producción artística. Es el cine que necesitamos.

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

 

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