Luis Alberto Vázquez Álvarez
“Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, en dondequiera que esté… sea maldito en la vida o en la muerte, en el comer o en el beber; en el ayuno o en la sed, en el dormir, en la vigilia y andando, estando de pie o sentado; estando acostado o andando… sea maldito en su cerebro… sea condenado en su boca, en su pecho y en su corazón y en todas las vísceras de su cuerpo… que no haya nada bueno en él. Que el hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad, lo maldiga. Y que el cielo, con todos los poderes que en él se mueven, se levanten contra él”.
El 24 de septiembre de 1810 el obispo de Valladolid Manuel Abad y Queipo por edicto decretó la “excomunión mayor” de aquel que había sido su amigo íntimo, inclusive, correligionario, porque criollos ambos, se habían manifestado duramente en contra de las reformas borbónicas; coincidían con ideales de los filósofos de la Ilustración. La entrañable amistad se había solidificado cuando Hidalgo era Rector del Colegio se San Nicolás en Valladolid, donde Abad y Queipo era ya obispo auxiliar. Ante tal situación resulta difícil creer en la actitud del obispo ante su amigo. Los intereses político-económicos lo abrumaron y muchos historiadores coinciden en que su objetivo principal fue emplear todo el poder espiritual de la Iglesia para producir demoniaca impresión en el ánimo de la gente sencilla, la cual era fuertemente influenciada por el principio religioso, lo que más tarde se aprovecharía para el imperio de Maximiliano contra Juárez, en la guerra cristera contra los revolucionarios y en la actualidad.
En 1804 Napoleón promovió a Bernadotte a mariscal de Francia; le concedió el título de príncipe de Pontecorvo. Más tarde. convertido en monarca de Suecia, con nombre Carlos XIV; ¿Cómo pagó los favores napoleónicos? En 1813 se alió con Inglaterra, Rusia y Prusia y fue determinante en la derrota de Francia, su patria, vale destacar que jamás aprendió los idiomas de su reino.
En América Latina tuvimos una dupla simiesca de traiciones militares en paralelo: 1913 Victoriano Huerta golpista y asesino de Francisco I Madero y, “gorilazo” similar en Chile en 1973, Augusto Pinochet, quien con felonía asesinó a Salvador Allende. Ambos quitaron del poder al legítimo presidente que les había brindado amistad y se colocaron ellos.
Estos días electorales estamos viviendo en México una “Pulsa denura”; ceremonia cabalística en la que se invocan a los ángeles de la destrucción para aniquilar enemigos, impidiendo el perdón de sus pecados y atrayendo sobre él todas las maldiciones bíblicas o lo que aquí llamaríamos “legales”; solo voy a referirme a ejemplos valiosos, las traiciones miserables de vividoras que logran un cargo en el congreso con apoyo amistoso y ahora son alimañas ponzoñosas que solamente saben insultar, no vale la pena tomarles en cuenta.
Presidente del PRI demanda a exgobernador priista del Estado de México por “desvío de recursos” (1360 millones de pesos); solamente dos cosas en esta denuncia llaman la atención: el demandado dejó ese cargo hace siete años ¿Por qué hasta ahora se acordaron del desvío?, ¿Por qué se fue con el contrario? Puede ser real el delito, pero cuando estaban juntos en el PRI eran íntimos amigos y ahora lo acusa de “basura absorbida por Morena”. También podría tener razón; confírmenlo los torreonenses analizando al actual candidato moreno a su alcaldía. Ahora este dirigente está siendo demandado penalmente, nada menos que por una diputada priista “íntima” de él, que lo defendía vehementemente hace unas semanas.
El PAN no desentona esa misma melodía; se lanza contra el exgobernador de Chihuahua, al que defendía fogosamente su actual dirigente nacional, acróbata de desatinos a desaciertos continuamente; antes ambos eran entrañables camaradas, ahora, por brincar al enemigo es un “miserable traidor”.
¿Qué irá a pasar la noche del 2 de junio, cuando se conozcan los resultados? Si los amigos triunfan, se olvidan hasta los más grandes defectos, pero si pierden, el otro es culpable imperdonable de toda derrota.
Y para concluir, en el ultracorrupto poder judicial, ahora sus ministros, antes besacallos del anterior presidente de la SCJN, se lanzan contra él, con o sin razón, no se sabe porque la denuncia presentada es “anónima”; inútiles leguleyos que ignoran todo el contenido de los artículos 14 y 16 de la carta magna vigente: No se permite ni la simple analogía ni la mayoría de razón y se exige que una autoridad competente funde y motive la causa legal del procedimiento con el que se moleste a una persona. Ah, pero como ellos interpretan las leyes, las ajustan a sus intereses partidistas.
Muy bien sentenció hace 110 años el gran Emiliano Zapata: “Muchos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, por sus ambiciones políticas o por cohecho y/o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos y amigos”.