domingo 22, septiembre, 2024

Algo que vale la pena leer

ALBERTO BOARDMAN

Extraterrestre

No estamos solos en el universo, es lo que Abraham “Avi” Loeb, físico teórico
israelí, nacionalizado americano y especialista en cosmología, astrofísica y
agujeros negros, nos cuenta en la obra “Extraterrestre: La humanidad ante el
primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra”, publicado por Planeta
durante 2021, obra de accesible narrativa científica que, muy lejos de
considerarse sensacionalista, expone por primera vez de manera fundada la
posibilidad de vida inteligente más allá de los confines terrestres.

La reputación académica de Loeb es fundamental para comprender que no
estamos ante la lectura de la opinión de un observador cualquiera: Miembro de
la  Sociedad Americana de Física , de la  Academia Internacional de Astronáutica ,
Presidente del Consejo de Física y Astronomía de las  Academias Nacionales de
Estados Unidos y miembro del Consejo de Asesores de la Presidencia de
Estados Unidos en Ciencia y Tecnología, conforman apenas un breve referente
de su reputación como especialista y estudioso del universo.

Pero el protagonista especial del libro es “Oumuamua”, nombre asignado al
objeto volador avistado el otoño de 2017 desde un observatorio de Hawai, que
viajó desde la dirección de Vega, una estrella a 25 años luz, y por el mes de
septiembre de ese mismo año cruzó el plano orbital de nuestro sistema solar. Al
principio pasó desapercibido, se pensó que se trataba de algún cometa, “llegó a
nuestro vecindario como un extraño, pero se fue siendo algo más”, reflexiona
Loeb, puesto que múltiples anomalías hicieron la diferencia de un
comportamiento habitual propio de un cometa o asteroide.

A medida que fue avanzando la recopilación de datos por parte de la comunidad
científica internacional, se estableció que el objeto reflejaba la luz solar y
despedía una luminosidad extraña, un brillo similar al del metal reluciente; pero
lo más interesante fue evidenciar que al aproximarse al Sol y girando a unos
300,000 kilómetros por hora tomó impulso con la gravedad del astro y salió
rumbo a otra dirección hacia el exterior del sistema solar, un comportamiento por
demás significativo, si consideramos la primera ley del movimiento de Newton.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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