ALBERTO BOARDMAN
El libro de los filósofos muertos
Cuenta la anécdota que Sócrates, al verse enjuiciado y perdido, fue sentenciado por un contemporáneo suyo que le dijo: «Los treinta tiranos te han condenado a muerte», a lo que Sócrates respondió: «Y la naturaleza a ellos»… «Ahora es el momento de que nos marchemos, yo a morir y vosotros a vivir; pero, ¿quién tiene un destino más feliz? Es algo que sólo Dios sabe».
«El libro de los filósofos muertos» del escritor y profesor universitario británico, Simon Critchley, editorial Taurus, 2019, aborda las más curiosas circunstancias que acompañaron el último respiro de vida de 190 filósofos, desde los presocráticos y sofistas, platonistas, escépticos, chinos clásicos, romanos, cristianos, medievales, racionalistas, materialistas, hasta llegar a los modernos, Foucault, Barthes, Camus o Janicaud.
La exploración de esta selección de anécdotas, algunas extravagantes, incluye últimas palabras y deseos, accidentes, historias de locura y absurdos, que aderezados con las diferentes teorías filosóficas de los propios pensadores ilustran la última reflexión de la vida, que es, precisamente, sobre la muerte. Como bien argumenta el propio Critchley: «Si (la muerte) es aniquilación, entonces es un largo descanso sin sueños, y, ¿hay algo más agradable que eso? Sí por otro lado, es un tránsito hacia otro sitio, es decir hacia el Hades, entonces también es algo deseable, puesto que allí encontraremos a viejos amigos y a los héroes griegos, y podremos conversar con Homero, Hesíodo y el resto de la inmortal compañía».
El libro se revela entonces como una historia optimista de un tema que al principio pareciera no serlo tanto, a menos que se reflexione desde el cristal filosófico, pues como bien argumenta el autor, la cuestión de “una buena muerte” ha sido tema central de la filosofía desde la antigüedad. Así, al involucrar doctrinas y vida cotidiana, la lectura invita a considerar una actitud distinta sobre nuestra postura ante la muerte, ya no como enemigo, sino como la parte más importante de la vida, pues como decía Tagore: «La muerte no es apagar la luz; es apagar la lámpara, porque ha llegado el amanecer».
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.







