James
“Es un mundo horrible. Los blancos intentan decirnos que todo estará bien cuando vayamos al cielo. Mi pregunta es: ¿estarán allí? Si es así, quizá haga otros arreglos”. Percival Everett
ALBERTO BOARDMAN
Entre la genialidad de la obra de Mark Twain existen dos novelas fundamentales: “Las Aventuras de Tom Sawyer” (1876), y su secuela, “Las Aventuras de Huckleberry Finn” (1885). De ésta última, el propio Ernest Hemingway aseguró: “Toda la literatura moderna estadounidense procede de un libro escrito por Mark Twain llamado Huckleberry Finn. […] Todos los textos estadounidenses proceden de este libro. Nada hubo antes. Nada tan bueno ha habido después”. Si leyó ambas, entonces la recomendación de lectura de hoy le parecerá una auténtica maravilla. Si no lo ha hecho, no se preocupe, puede leer “James” y seguramente, a su término, se sentirá motivado a buscar las dos novelas de Twain.
“James”, del escritor y profesor universitario estadounidense Percival Everett, es la novela ganadora entre otros, del “National Book Award” y el Premio Pulitzer de ficción 2025, bien merecidos al superar un auténtico reto: Reinterpretar la obra de Twain, concretamente la historia de Huckleberry Finn, pero desde la perspectiva del entrañable personaje de Jim, el esclavo negro propiedad de la señorita Watson, que al enterarse de que será vendido de nuevo, huye, se encuentra en el Misisipi con Huck y parten juntos a un montón de aventuras. Episodios, que al igual que en las novelas de Twain, sirven como el hilo conductor para poner en la mesa del lector reflexiones con un auténtico trasfondo ideológico, como el propio racismo en el juicio de un Jim escéptico, inteligente y ávido lector, contrario al supersticioso y crédulo descrito por Twain, en una especie de inversión irónica justificada que el protagonista busca aparentar ante los blancos para no ser cuestionado. Con un notable respeto por la historia original, e incluso, por el lenguaje de los personajes prepárese para disfrutar la historia de “…un hombre consciente de su mundo, un hombre que tiene una familia, que ama a una familia, que ha sido arrancado de su familia, un hombre que sabe leer y escribir, un hombre que no permitirá que su historia sea autorelatada, sino autoescrita”. Percival Everett.
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.