viernes 23, mayo, 2025

Algo que vale la pena leer

ALBERTO BOARDMAN

La vida de las hormigas

“De pequeño siempre quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga”. Woody Allen.

Cada vez olvidamos con mayor frecuencia, la maravillosa experiencia de detenernos un momento del trajín diario y dedicar unos minutos a contemplar y entender los seres vivos con quienes compartimos el planeta. Y digo compartimos, porque para el caso de las hormigas, se estima que hay unos 20 cuatrillones de ellas en el mundo, es decir, aproximadamente, unos 2.5 millones de hormigas por ser humano.

De ahí que “La vida de las hormigas” del escritor belga Maurice Maeterlinck (Nobel de Literatura en 1911), editorial Ariel (publicado originalmente en 1930), con su última edición en 2020, nos ayude a comprender a los únicos insectos sociales capaces de organizarse laboral, bélica y políticamente.

Aclaro que, debido a la antigüedad del texto, por supuesto que existen algunas actualizaciones necesarias, como, por ejemplo, Maeterlinck establecía 6 mil especies diferentes de hormigas y hoy sabemos que hay unas 12 mil, pero el recorrido fascinante que hace el autor sobre la observación de estos seres diminutos nos lleva automáticamente a querer saber más, y ese es, precisamente, uno de los objetivos de la lectura.

Prepárese para leer sobre matriarcado, migración, ejércitos y guerras, especies arborícolas, pastorales, fungícolas, agrícolas, hormigueros subterráneos de 20 pisos con infinitas ramificaciones, incluso, una colonia de más de 1,600 nidos descubierta en Pensilvania en una superficie de unas 20 hectáreas. La narrativa excepcional de Maurice nos lleva a sentir de pronto un incómodo hormigueo, como, por ejemplo, el episodio que narra sobre la especie africana Dorilince Anomma, hormigas enormes y ciegas que no fundan ciudades y establecen campamentos temporales, dedicadas exclusivamente a devorar todo a su paso, (como si de antiquísimas hordas mongolas se tratara) con formaciones estudiadas de exploradoras, merodeadoras y oficiales que, según el autor, han desaparecido incluso, mamíferos grandes y prisioneros de guerra. Una lectura que seguramente vacunará contra la indiferencia la próxima vez que de cerca miremos, una pequeña hormiga.

Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.

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