ALBERTO BOARDMAN
Cónclave
“Del latín, ‘cum clavis’: con llave”. Robert Harris.
Aunque en la década de los ochenta, Robert Harris comenzó escribiendo algunos libros interesantes de no ficción, fruto de su experiencia como antiguo reportero y periodista de la BBC, sería durante la década de los noventa que se consagró como novelista de thriller histórico. Sus primeras novelas, ambientadas con temas de la Segunda Guerra Mundial, dieron paso en la siguiente década a la ficción romana con éxitos como “Pompeya” y la trilogía “Imperium”, sobre la vida de Cicerón. De manera reciente, su pluma transitó a la ficción política contemporánea, y en 2016 publicó: “Cónclave” que relata de manera novelada el proceso que realiza la iglesia católica para la elección de un nuevo papa.
Si bien, el libro fue publicado hace casi diez años (por lo que esa edición original impresa es muy difícil de conseguir), la reciente producción cinematográfica basada en esa historia, ha motivado a la editorial Debolsillo a realizar una nueva edición este 2025, que con 336 páginas retoma además su vigencia al encontrarse en librerías justo antes de la próxima elección papal programada para este mes de mayo.
Ante el fallecimiento del papa, cuatro cardenales surgen como posibles candidatos en la sucesión, dando paso a una trama de intriga político-religiosa, que sustentada en una eminente investigación ilustra también a detalle los secretos procesos de esta elección particular, incluyendo la descripción de las tradiciones ancestrales y las actuales condiciones rigor que conlleva.
Me ha parecido una novela bien estructurada, aunque reservo mi opinión sobre el controvertido desenlace, al que el propio autor en su momento se refirió argumentando que esa era la idea: “sacudir al lector, causar conmoción y hacer que la gente piense, incluso si lo odian”.
Una lectura muy recomendable, sobre todo en estos tiempos, porque como bien anota Robert Harris: “Nuestra fe es algo vivo precisamente porque camina de la mano con la duda. Si solo hubiera certeza, y si no hubiera duda, no habría misterio y, por lo tanto, no habría necesidad de la fe”.
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.