lunes 20, mayo, 2024

Al final: lo único que vale la pena en este escenario de la vida, es la pasión

 

 Raúl Adalid Sainz

Tres cosas me han gustado en la vida como un demente que quiere viajar sin cohetes a la luna: Amar, actuar y escribir. Me gusta toda clase de aventura que implique conocer mi alma en el riesgo. Me gusta saber quién soy y que carajos hago en el concierto de este universo. 

 

Me gusta hablar con el hombre, con Dios en la total armonía de la recomposición de mi universo, me gustan todas las mujeres que me gustaron, el buen cine y el teatro que le habla al alma, me irradio en un buen juego de futbol de mi equipo Santos Laguna, me vuelvo loco en el gusto de un buen platillo mexicano, italiano o español. 

Me gusta la gente honesta, limpia de emociones. Respeto la sinceridad y mucho. La gente que profesa el agradecimiento. Los seres que valoran la cantidad emocional de sus alforjas y no al material que en ellas cabe. 

Me gusta cantar. Oír a los Beatles, a Sabina, a Serrat, Motzart y a José José. Bailar. Meditar. La esperanza de una hermosa noticia. Hoy descubrí un pensar hondo acerca de la pasión de vivir y en especial de la locura absoluta por escribir.

A mi leer, actuar, amar y redactar me han salvado la vida. Te comparto estas maravillosas citas, que resumen en mucho este candor apasionante de lo que es la vida cuando se le descubre el sabor, son del gran escritor mexicano (guionista, dramaturgo, cuentista, novelista, periodista), Ricardo Garibay. Creador de la novela «Par de Reyes», y que luego derivará en el guion de una de las películas mexicanas que más me han impactado: «Los Hermanos del Hierro».

«Escribir –decía Garibay– es como poseer a una mujer bellísima que se entrega con las reticencias naturales que debe tener una mujer bellísima, pero llena de entusiasmo y de generosidad. Escribir es un acto de amor, muchos momentos en la escritura son un verdadero orgasmo. La pasión es una emoción dementísima, que excluye toda otra posibilidad de emoción para cualquier otra cosa que haya en el mundo… La pasión es absorbente, tritura, consume al ser humano, lo ocupa enteramente, lo chupa, lo convierte en un bagazo. Por eso, muy pocas veces habremos de encontrar en la vida personas apasionadas, de verdad apasionadas, y menos aún en el amor».

 

PD: Te espero cada jueves, a las 20 horas, por Facebook Live, en mis andanzas llamadas: «Yo, Quijote». Ahí tratamos, como encantados, conjugar el verbo vivir. Soñando siempre lo imposible alcanzar.

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

 

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