Francisco J. de la Peña
RIQUELME LES SALVÓ LA VIDA
Fue la rápida y decidida acción del gobernador MIGUEL RIQUELME lo que permitió que el alcalde del municipio de Guerrero, MARIO CEDILLO, y su familia, pudieran salir con vida después de haber sido “levantados” por un grupo de la delincuencia organizada en Tamaulipas.
Riquelme se coordinó con el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, con el Secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, con el Secretario de la Marina, José Rafael Ojeda, y con el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, para que, junto con las corporaciones de seguridad de Coahuila, desplegar un enorme operativo de rescate que trajo como resultado el rescate del alcalde y su familia.
Apenas un día antes, en Torreón, durante la inauguración de la Segunda Sesión Ordinaria de Zonas Noreste y Noroeste de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, Riquelme Solís había dicho que la principal estrategia que tiene Coahuila en materia de seguridad es la coordinación con el Ejército Mexicano y con la Guardia Nacional. Unas cuantas horas después, el “levantón” y rescate de Cedillo le dieron la razón.
BERDEJA NI SE ENTERÓ
Mientras todo esto ocurría, el subsecretario de seguridad del gobierno federal, RICARDO MEJÍA BERDEJA ni cuenta se había dado, ya que, como acostumbra, los fines de semana deja la chamba tirada para venirse a Coahuila a seguir con sus actos anticipados de campaña, y no fue sino hasta que el alcalde y su familia ya habían sido rescatados, cuando el “acapulqueño” por fin se enteró de lo ocurrido.
Bien lo dijo el senador ARMANDO GUADIANA: “Realmente es penoso que el subsecretario de Seguridad Federal cada jueves por la tarde se venga a hacer medio campaña —entre comillas— a Coahuila, violando la ley electoral del estado, en lugar de ayudarle al presidente de la República con las tareas de seguridad, que son muchos los problemas que tenemos en las diferentes regiones del país”.
Y no fue este el único evento que le pasó de noche a Mejía. En Irapuato, Guanajuato, un comando armado ejecutó a 12 personas en un bar de esa ciudad. Una nueva masacre ocurrida en fin de semana, justo cuando los delincuentes saben que el “encargado” de perseguirlos anda ocupado en otros asuntos que para él son más importantes.
PACTO CON LA DELINCUENCIA
A todo esto, vale la pena retomar lo escrito por Elena Chávez en su libro “El rey del cash”, el cual le dolió tanto a AMLO, que de inmediato generó una cortina de humo con la difusión de los supuestos 42 presidenciables del bloque opositor, para desviar la atención que se ha generado en torno a las revelaciones que hizo quien fuera la pareja sentimental de uno de sus hombres más cercanos, y que por lo mismo fue testigo presencial de muchos de los acontecimientos que se narran en el libro.
Elena Chávez cuenta en el capítulo titulado “Entre cuates con el narco”, que en agosto de 2014, cuando AMLO estaba por enésima vez en plena campaña, después de haber perdido las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, le preguntó a su pareja, CÉSAR YÁÑEZ, quien acompañó al tabasqueño en todas sus giras proselitistas a lo largo y ancho del país, porque a ellos el narco les permitía moverse sin ningún problema por todo el país.
La respuesta de Yáñez aclara muchas cosas de lo que estamos viviendo hoy en día: “Tenemos acuerdos, no nos metemos con ellos, ellos no se meten con nosotros”.
De ahí se desprende que, cuando LÓPEZ OBRADOR por fin ganó la presidencia, implementó la política de “abrazos y no balazos”, para cumplir el acuerdo que estableció con la delincuencia desde que andaba en campaña. Por esa política de tolerancia, México vive hoy la época de mayor violencia en toda su historia. Más de 130 mil homicidios dolosos en lo que va del sexenio y más de un 95% de impunidad es el saldo de ese acuerdo establecido —por lo menos— desde 2014.
ESTAMOS RODEADOS
Coahuila sigue siendo un oásis en materia de seguridad. Lo ocurrido el sábado en Nuevo Laredo demuestra que Tamaulipas es un estado que sigue “caliente”, y habrá que ver si no se calienta más, ahora que lo gobierna un mandatario emanado de las filas de Morena, que como hemos visto, son los que promueven la política de “abrazos y no balazos”.
Pero además, la situación se está calentando mucho también en Nuevo León, dónde gobierna el emecista SAMUEL GARCÍA. En su primer año de gobierno, los homicidios dolosos crecieron un 26% con respecto al último año en que gobernó “El Bronco”. Los feminicidios, crecieron un 75%. El robo a casa habitación se disparó un 65%. La privación ilegal de la libertad subió un 30%. El abuso sexual, un 14%. La violencia familiar creció un 10% y el narcomenudeo un 13%. Con estas cifras, Nuevo León está ardiendo, mientras que Samuelito sigue ocupado entreteniéndose en las redes sociales y en promocionar las aspiaciones de su esposa….
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