Raúl Adalid Sainz
Yo pasé mi niñez escuchando al «Flaco de Oro», sí, ese señor llamado Agustín Lara. Había una razón fundamental, mi padre era seguidor irredento de su música. Para mí escuchar: Noche de Ronda, María Bonita, Madrid, Azul, Veracruz, Noche Criolla, Hastío, Imposible, Solamente una Vez, y demás composiciones en la vasta colección de Lara, era cosa común.
Está por demás decir la cantidad de intérpretes escuchados. Aunque vale citar, una, que me impresiona hasta la fecha: «Toña la Negra». En una ocasión, allá por 1982, fui a España con mi padre. Cuando llegamos a Madrid, como chotis de Lara, fuimos a hacernos emperatrices y a ver el monumento dedicado a Agustín en el «Barrio de Lavapies».
Y, por supuesto, a darnos un agasajo postinero en «Chicote». Bar tardío en aquellos fríos de diciembre por Madrid. Sí, a mí me llegó esa música por mi padre. He de decir que de niño siempre tuve una ignorante incógnita al oír «Vende caro tu amor, aventurera». Siempre me preguntaba: ¿quién es esa aventurera? Al no saber eso, un día le canté a una compañerita de la escuela el estribillo. Ella me peló los ojos, quizá intuyó algo. Caray, ¡con eso que dicen que las mujeres tienen un sexto sentido!
Nota: Hoy cumpliría años Agustín. Decía haber nacido en Tlacotalpan, Veracruz, lugar hermoso, por cierto. En realidad, «El Flaco», era de la Ciudad de México; pero uno nace al fin de cuentas donde le da la gana. Su amor por España lo llevó a componer cuatro célebres canciones al país ibérico: El chotis «Madrid», la clásica «Granada», especial para el lucimiento de tenores, «Valencia Mía» y «Murcia». Vale apuntar que al componer estas canciones, Agustín, aún no conocía España. Así era el talento imaginativo de este gran músico mexicano. Su vida, que es interesantísima, debería ser llevada al cine o a estos seriales que recrean biografías. Agustín, sería un reto a crear para un buen guionista y director que se jacte de serlo.
Yo conozco a alguien que llevaría a Agustín magníficamente a la pantalla. Hablo de una gran directora y guionista. Los cacahuates son una pista.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan