lunes 25, noviembre, 2024

A LA BÁSCULA

Señales

Julián Parra Ibarra

Los resultados de las elecciones de Coahuila y el Edomex de este domingo, creo que deben ser analizados con una gran minuciosidad, por el resultado mismo de las contiendas, pero de cara a la elección presidencial del año entrante. Se quiera o no aceptar, cada uno de estos dos procesos arrojó sorpresas, si bien no hubo modificación en quienes resultaron triunfadores, Manolo Jiménez y Delfina Gómez.

Algunas de las variantes que los especialistas en la materia advertían previo al día de la jornada electoral, era el papel de los gobernadores en cada uno de las dos entidades, así como la popularidad del presidente en estos territorios. Se decía incluso que sería una prueba en la que los ciudadanos calificarían en trabajo realizado, así como el ‘humor social’ que éste despertara en ellos.

En el Edomex, se decía, y se sigue considerando que la alta popularidad del presidente jugaría –jugó- un papel determinante, amén de lo gris de su mandatario Alfredo del Mazo, de quien desde hace ya un buen tiempo, se especula que habría ‘entregado’ el estado a Morena a cambio de impunidad y la correspondiente embajada con las que hoy se estila ‘premiar’ a los que fueron gobernadores priistas, y en los que ha ganado Morena. Incluso, a nivel memes, pero al final del día es una verdad de a kilo, que hoy el PRI tiene más embajadas que gubernaturas.

Puede ser que en el estado más poblado del país hayan jugado un papel determinante, amén de que las dirigencias de los tres partidos que propusieron a Alejandra del Moral –Alejando Moreno, del PRI; Marko Cortez, del PAN; y Jesús Zambrano, del PRD- son personajes tan innombrables, que en vez de sumar, restan puntos a sus candidatos.

En Coahuila, la calificación del Gobernador Miguel Ángel Riquelme sigue siendo la más alta de los actuales mandatarios de todo el país, y sin duda su trabajo fue un ingrediente con su peso específico, aunque el nivel de popularidad del presidente no es tan mala, cercana al 50 por ciento, lo que no se vio reflejado en el resultado de las elecciones.

Lo sorpresivo de los resultados de la elección del pasado domingo en que en el Edomex, si bien Morena se llevó la gubernatura, no fue por un margen tan amplio como el que decían las casas encuestadoras ni lo que esperaban los morenistas. Delfina Gómez ganó apenas por 8.31 de diferencia a Alejandra del Moral, es decir, ni siquiera se llegó a los dos dígitos, y menos a los 20 y hasta 30 puntos que se presumían y esperaban.

Acá en nuestra entidad lo sorpresivo fue el elevado número de votos obtenido y la contundencia del triunfo de Manolo Jiménez, quien alcanzó 741 mil 731 votos, las cifras más altas con la que haya llegado candidato alguno a la gubernatura de Coahuila, con 35.45 por ciento de ventaja sobre su más cercano perseguidor, el morenista Armando Guadiana Tijerina, y de los demás mejor ni hablemos.

Según se ve, los ciudadanos hartos de las mentiras de muchos políticos, han aprendido a mentir a las casas encuestadoras, y orientan el sentido de su voto en una dirección distinta a la que le dicen a las encuestadoras, lo que no dice que no son del todo creíble los promedios de popularidad que muchos tienen de cara a la elección del 2024, por lo que podrían darse importantes sorpresas.

Amén que muchos no dicen lo que verdaderamente piensan, por temor a perder algún tipo de los apoyos que reciben del gobierno federal, y los que fueron utilizados en la elección del pasado domingo para amedrentar, amenazas, asustar con suspendérselas si no votaban por ya saben cuál partido.

Pero como diría el clásico ‘haiga sido como haiga sido’, el triunfo de Manolo Jiménez fue tan aplastante y demoledor, que hasta los mismos morenistas una vez cerrada la jornada electoral, ya ni se volvieron a acordar de las denuncias que a media mañana lanzaron de desaparición de militantes, de amenazas, de hostigamiento por parte de las autoridades policiacas, lo que forma parte de su estrategia para ir preparando el terreno y al cierre de la jornada poder lanzar impugnaciones.

Sin embargo, el madrazo estuvo tan bien colocado que no dejó margen para nada. Igual pasó hace un año en Durango, donde por la mañana el día de la elección lanzaron las mismas acusaciones, y cuando se dieron cuenta de que habían perdido por más de 100 mil votos, hasta de sus acusaciones se olvidaron.

Manolo Jiménez llegará a la gubernatura con una altísima legitimación y reconocimiento de parte de los coahuilenses, que alcanza un nivel como el del reconocimiento que tiene también el actual gobernador, Miguel Ángel Riquelme. El futuro de Coahuila según nos lo muestra el momento actual y el tamaño del que se va y el que llega, es promisorio. Que así sea.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

Compartir en: