De ‘shoping’
Julián Parra Ibarra
A principios de abril escribí en este mismo espacio (https://laotraplana.mx/a-la-bascula-56/), que con la actual administración estaba resurgiendo la fiebre del gobierno por convertirse en empresario, aunque está más que probado que el gobierno es un pésimo administrador de cualquier empresa que cae en sus manos.
En su momento usted y yo comentamos aquí de algunas empresas que estuvieron en manos del gobierno, entre ellas Ferrocarriles Nacionales de México, Altos Hornos de México, Teléfonos de México, Pemex, CFE y en un momento dado hasta se nacionalizó la banca. Tanto en su administración como en su venta, muchos políticos se enriquecieron algunos por la forma fraudulenta en su manejo, y otros más se beneficiaron del ‘remate’ que se hizo de esas empresas –salvo Pemex y CFE de las que el estado conserva la rectoría-, y le ejemplifico con un par de botones de muestra: Telmex y AHMSA, que fueron prácticamente ‘regaladas’ a los amigos del régimen en su momento.
Aunque el presidente diga y diga –dime de qué presumes y te diré de qué careces- que no son como los de antes –‘porque eso sí calienta’-, en la práctica hace exactamente lo mismo, aunque en ocasiones de manera más burda que los ‘corruptos de antes’. Algunas de sus creaciones han sido un verdadero fiasco: Segalmex, donde se ha registrado el fraude millonario más grande en la historia de este país, tres veces la ‘estafa maestra’ de Peña Nieto sin que se haya sancionado al titular; el INSABI al que ya crearon y desaparecieron, aunque a través de la chistera lo único que desaparecieron fueron carretadas de millones de pesos que nadie –es un decir- sabe dónde están.
Aunque sin funcionar como debiera ni ser rentable, tenemos un nuevo aeropuerto (AIFA), un inconcluso Tren Maya, una inaugurada pero no terminada refinería de Dos Bocas, una refinería en los Estados Unidos, le compramos 80 por ciento de las plantas generadoras de energía –las más obsoletas- a la española Iberdrola, pronto tendremos la nueva línea aérea del gobierno (Mexicana), y ahora por renegar ante la expropiación de una parte de la infraestructura el Presidente ha dicho que en una de esas le revierte la concesión que opera en todo el país la empresa Ferromex.
Y como su propietario Germán Larrea, el principal si no es que el único aspirante de comprador de Banamex, ha dicho que no va a pagar 7 mil millones de dólares para que después se lo quiten; López Obrador dijo que si no se cierra la operación con el empresario, el gobierno se podría quedar con el banco a través de una asociación pública-privada. El presidente anda de ‘shoping’ paseando con su carrito, a ver qué además de trenes y bancos, puede comprar con el dinero de todos los mexicanos, y volver a convertir al gobierno en pésimo empresario.
Una pregunta ¿Usted invertiría en el ‘Banamex del Bienestar’ su dinero y dejarlo en manos de quien mañana caprichosamente puede alegar causas de utilidad pública para expropiarle su inversión y dejarlo en la calle?
@JulianParraIba