lunes 25, noviembre, 2024

A LA BÁSCULA

Cuatro veces quinceañero

Julián Parra Ibarra

No sé el tiempo exacto, sí que es más de una década y quizá un poquito menos que tres lustros, pero como dijo el clásico ‘haiga sido como haiga sido’, ya se me han ido acumulando semanas, meses y años desde que empecé a publicar estra columna en el periódico El Heraldo de Saltillo.

A su director, Paco de la Peña lo conocí cuando por aquellos años los viernes de cada semana viajaba a la capital del estado para transmitir un programa de análisis y entrevistas de temas políticos y sociales –que se transmitía en varias estaciones y se escuchaba en todo el territorio coahuilense-, ‘Dominó Político’ haciendo mancuerna con Javier Solís primero, y con Sergio Martínez ‘El Brother’ después, y al que acostumbrábamos a invitar a otros periodistas de otros medios de la capital.

Desde el primer contacto, me parece que hubo buena química periodística pero también en lo personal, y aunque nunca hemos tenido un encuentro con nuestras familias, sé que Paco de la Peña aprecia tanto a mi esposa y a mi hijo, como yo a su esposa hija e hijo.

Éste último aficionado de la Máquina Cementera de la Cruz Azul, y en alguna ocasión que acudieron a ver un partido en el viejo estadio Corona, se me quedó muy grabada la anécdota: el encargado de prensa del conjunto celeste subió al palco de prensa a repartir entre los reporteros un ejemplar del anuario del equipo. El hijo de Paco, siendo un niño, se acercó con una enorme sonrisa creyendo que el reparto era para todo el público, y se decepcionó cuando el repartidor le dijo que no le podía dar uno –sí podía, pero no quiso-, porque eran solo para los reporteros.

Su enorme sonrisa se desdibujó en un segundo, pero enseguida le volvió al rostro cuando yo le obsequié mi ejemplar. Me dijo en alguna ocasión Paco, que le gesto nunca se le olvidó a su hijo.

Con una gran generosidad que siempre le he reconocido y agradezco, Paco me invitó a que le enviara mi columna para publicarla en El Heraldo de Saltillo, idea que me agradó enormemente, porque era la primera vez que tendría la oportunidad de publicar en un diario de la capital del estado. Ya lo había hecho antes en revistas y catorcenarios, pero nunca en un diario.

Paco me abrió de par en par las puertas y las páginas de El Heraldo de Saltillo, invitación que yo acepte y de inmediato y hasta la fecha, ha sido mi casa editorial en la capital coahuilense.

Por ello, hoy que El Heraldo está cumpliendo sus primeros 60 años de vida, me congratulo y hago míos los logros y metas alcanzadas en estas seis décadas que le han convertido en el periódico más antiguo y el que más años ha circulado en Saltillo, la capital de Coahuila.

Y también por ello, aunque sea virtual y a la distancia, me fundo en un abrazo con todos los que estuvieron y todos los que forman actualmente el equipo de El Heraldo, del que me siento parte. Muy en especial, por su puesto, para mi amigo Paco de la Peña, su director, quien ha sabido llevar con honor las riendas del periódico que antes dirigió su padre, don Francisco de la Peña Dávila.

Paco también ha sabido llevar el timón, por momentos por aguas turbulentas, hasta llevarlo a bueno puerto, navegando de la era del papel al mundo digital, donde hoy a través de la web y las redes sociales, tiene un lugar preponderante en toda la entidad, que le corresponde como el pionero de los medios impresos de Saltillo.

Quizá no tenga 100 años que en Torreón merecieron para uno de sus dos periódicos centenarios, que el Congreso del Estado trasladara a la Perla de La Laguna una de sus sesiones ordinarias, pero igual El Heraldo tiene todos los merecimientos que el propio Congreso, el Gobierno del Estado, el Municipio de Saltillo, la Universidad Autónoma de Coahuila, esta última tan de fiesta por aniversarios de algunas de sus principales escuelas o facultades, por la obtención de su autonomía entre otros, le reconocieran sus seis décadas de trayectoria que, se dicen fácil, pero hay que vivirlas y mantenerse en pie, teniendo como base los mismos principios que se abrazaron desde su fundación.

Muchas felicidades pues, a toda la familia de El Heraldo –los que estuvieron y los que están-, quienes formamos parte de este gran equipo, podemos sentirnos orgullosos de pertenecer a un diario que es patrimonio de todos los coahuilenses. ¡Muchas felicidades, y que vengan muchos más!

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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