El gigante ‘chimoltrufio’
Julián Parra Ibarra
En su más reciente publicación, el columnista Carlos Arredondo Sibaja escribió que, “si existiera un ranking para clasificar la deshonestidad intelectual en el ejercicio del gobierno, el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda sería uno de los más serios candidatos a encabezarlo. Porque, aun cuando nuestra clase política está poblada por individuos cuya vocación fundamental es la deshonestidad, el emecista destaca entre ellos”.
Y abunda que el mandatario neoleonés “poseedor de una capacidad poco común para mentir con aplomo, García Sepúlveda ha convertido a la mitomanía en programa de gobierno” (…) “y lo hace por una razón central: “carece de escrúpulos para mentir. Lo ha hecho ya muchas veces. Y seguramente lo seguirá haciendo”.
La descripción, se podría aplicar a otro mandatario: el de Durango, Esteban Villegas Villarreal, quien también ha convertido la mitomanía en programa de gobierno, y sería un muy serio aspirante a disputar a Samuel García el primer lugar si existiera, en el ranking para clasificar la deshonestidad intelectual en el ejercicio de gobierno.
Quizá apela a la máxima de que una mentira repetida mil veces, termina por convertirse en verdad. Por lo tanto, repite y repite y repite las mentiras de las millonarias inversiones atraídas durante su gobierno, que generan miles de empleo en toda la entidad, que la entidad está entre las más seguras del país y que goza de una buena salud económica y financiera. Pero ya nadie le cree.
En su columna ‘La raya del tigre’, el periodista duranguense Rubén Cárdenas da cuenta y documenta el enorme endeudamiento en que Villegas Villarreal ha venido sumiendo a Durango. Refiere que hace unas semanas dijo que su administración requería de mil millones de pesos para hacer frente a los compromisos de fin de año, de los cuales la Federación aportaría 500 millones de pesos, aunque ésta fue condicionada a reducir un 20 por ciento la nómina estatal que estaba ‘muy inflada’ y en la que abundaban los ‘aviadores’. Al cierre de este año, debería deshacerse de unos 800 trabajadores, para lo cual se pusieron manos a la obra y comenzaron por mandar a la calle a unos 250 trabajadores del sector salud.
Sin embargo, detalla Rubén Cárdenas, a los pocos días se cambió la cifra, que pasó a los 2 mil millones de pesos para el cumplimiento de los compromisos del cierre del año, pero apenas el secretario de Finanzas, Franklin Corlay –quien permanece escondido de los medios de comunicación después de la fastuosa y millonaria fiesta de cumpleaños de su hija, en la que se habría gastado más de tres millones de pesos-, anunció que se requieren 3 mil 100 millones de pesos.
Cuestiona por qué no hay recursos para el pago de aguinaldos, prestaciones, pagos a proveedores y otros pendientes, si todos esos rubros estaban etiquetados en el paquete económico aprobado para ejercer en 2025, y si ya no existen es claro que hubo un injustificado desvío de recursos.
Documenta que solamente en lo que va de este año, el Gobierno del Estado de Durango contrajo deuda por un monto superior a los 8 mil millones de pesos con instituciones privadas, y durante su administración son 25 créditos contratados, 23 de ellos con bancos privados, y que en su conjunto suman un monto total por encima de los 15 mil millones de pesos, lo que contradice el discurso oficial de que hay una economía estable, si la deuda de la actual administración ya supera a la heredada de la administración pasada.
En materia de seguridad, por los recientes hechos registrados en La Laguna, Esteban Villegas dijo muy envalentonado a los medios laguneros que, si hay productores ganaderos o del sector agrícola que se sean víctimas de extorsiones, “nomás que me digan, yo lo arreglo, para eso soy el gobernador”. Huy, qué ‘mello’.
Pero al día siguiente reculó porque es re…zacatón, en rueda de prensa en la capital del estado cambió la versión: “el tema este de las extorsiones y de todos estos delitos, le toca al gobierno federal, pero nosotros contribuimos con ellos, estando dentro del mando especial (…) todo lo que pasa en la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango está manejada por el Mando Especial”. Para eso me gustaba ¿para esto es el gobernador? Cualquiera sabe y puede repartir culpas, para eso no se necesita ser gobernador.
Para que haya una medición en la que aparezca en la realidad en primer lugar, Esteban Villegas Villarreal debería promover la creación y establecimiento de un ranking para clasificar la deshonestidad intelectual en el ejercicio del gobierno. Ahí sí hasta Samuel García -como dijo el propio Villegas refiriéndose a los de Morena-, ‘se la pelaría’. Porque tiene cualidades: carece de escrúpulos para mentir.
En sus declaraciones aplica la política de la Chimoltrufia, como dice una cosa dice otra. Por eso en Durango ya nadie le cree nada al ‘gigante choimoltrufio’.
X= @JulianParraIba







