Cuatro segundos
Julián Parra Ibarra
Cuatro segundos pareciera que es un lapso insignificante, pero se ha puesto usted a pensar ¿cuántas cosas pueden pasar en ese pequeño espacio de tiempo?
En cuatro segundos, un tipo en la CDMX se le acercó por atrás a la presidenta Claudia Sheinbaum, la abrazó, le dio un beso en el cuello y la manoseó en uno de sus pechos. Cuando uno ve el video, pareciera que fue eterno, que fue demasiado tiempo, porque todo lo hace de manera desenfadada.
En evidente estado de ebriedad, el tipo puso en evidencia al equipo de seguridad de la presidenta ¿Dónde estaban quienes cuidan de su persona? ¿Qué cuidan entonces o a qué se dedican?
Si el sujeto hubiese llevado un arma, punzo cortante o de fuego, tuvo todo el tiempo del mundo como para haberla asesinado, meterle un puñal en el cuello en ves del beso que le dio, o asestarle un balazo en la cabeza. Resulta inconcebible, inaceptable lo que ocurrió.
Porque el hecho es inadmisible por el simple hecho de que violentó a una mujer, pero adquiere mayores dimensiones cuando se trata de la presidenta de la república.
En nuestro país pareciera que no aprendemos de las experiencias por muy amargas y dolorosas que hayan sido, por mucho que nos hayamos indignado. El pueblo de México lloró el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994 en Tijuana.
Le doy un par de botones de muestra más, recientes: en abril del año pasado Gisela Gaytán, candidata de Morena a la presidencia municipal de Celaya, en un acto de campaña mientras caminaba al lado de la gente, fue asesinada a balazos. Apenas el pasado fin de semana el asesinato del alcalde Uruapan, Carlos Manzo conmocionó a todo el país, y todavía no hemos terminado de digerir la forma tan cobarde con la que acabaron con su vida.
Lo sucedido a la presidenta Claudia Sheinbaum debe provocar una fuerte sacudida y la adopción de fuertes sanciones a quienes estaban al cargo de su seguridad, así como modificar sustancialmente la forma como se le brinda seguridad a la presidenta de todos los mexicanos.
Dentro de lo denigrante del hecho, y lo preocupante del caso, la cosa no pasó a mayores, pero se tienen que tomar medidas inmediatas y, aunque pareciera una exageración, restrictivas para quienes se le acercan. Porque pudieron haber matado a la presidenta. Así de simple, en cuatro segundos.
X= @JulianParraIba







