viernes 25, julio, 2025

A LA BÁSCULA

Los excesos del poder

Julián Parra Ibarra

Resulta preocupante, por decir lo menos, que cada día se acumulen casos en los que figuras políticas actúan en contra periodistas, y aún en contra de ciudadanos, contra los que distintos tribunales han emitido sanciones que para la mayoría nos resultan excesos de poder, actuaciones indebidas o que se extralimitan porque el poder que ostentan así se los permiten.

Aunque el artículo 5° Constitucional establece uno de los derechos fundamentales de las personas para que los mexicanos podamos dedicarnos a la actividad que queramos siempre y cuando sea lícita, en Campeche el periodista Jorge González Valdez, que dirigía el portal Tribuna de Campeche fue denunciado por la gobernadora Layda Sansores por las críticas ejercidas en contra de la mandataria y su gobierno.

Una jueza encontró las publicaciones como constitutivas de delito, vinculó a proceso al demandado por ‘incitación al odio’, y decretó entre otras medidas el cierre del medio y la prohibición de que González Valdez pueda ejercer durante dos años el periodismo, actividad a la que se ha dedicado medio siglo y que es su único sustento económico.

Como una forma de ‘suavizar’ el castigo impuesto al periodista campechano, se le permitió que su medio siguiera operando, pero que habría un censor permanentemente, quien se encargaría de aprobar qué notas sí y que notas no, deban ser publicadas. El periodista denunció ante medios que el proceso seguido en su contra es parte de una estrategia de persecución política promovida desde el gobierno estatal.

Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado de la República, obligó a un abogado, Carlos Velázquez, a que le pidiera perdón en la cámara senatorial, por una discusión que ambos sostuvieron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y que el legislador consideró ofensiva. La acción mostró un exceso del poder, y fue humillante para el ciudadano.

La ciudadana Karla Estrella, fue denunciada por la diputada Diana Barreras, al haber publicada en sus redes sociales, que el actual puesto que tiene, se lo debía al hecho de estar casada con el actual legislador y líder de la cámara de diputados, Sergio Gutiérrez.

El Tribunal Electoral, le condenó a publicar diariamente una disculpa durante 30 días y le dictó el texto que debería contener esas publicaciones diarias: «Te pido una disculpa, DATO PROTEGIDO, por el mensaje que estuvo cargado de violencia simbólica, psicológica, por interpósita persona, digital, mediática y análoga, así como de discriminación, basado en estereotipos de género».

El hecho generó polémica porque también se ha considerado un exceso de parte de una legisladora contra una ciudadana común y corriente, quien ante pregunta de medios qué ocurriría si incumpliera con la sentencia de las publicaciones diarias, dio a conocer que pesaba sobre ella la amenaza de intervenirle sus cuentas bancarias, personales y de su negocio. Con gran benevolencia, la legisladora habría dicho que no era necesario la publicación por 30 días, que con la que ya había hecho era suficiente.

El periodista Héctor de Mauleón y el periódico El Universal, han sido ordenados de bajar una columna en la que se mencionan los supuestos nexos con el huachicol de parte de Tania Contreras, recién electa presidenta del Supremo Tribunal local en Tamaulipas.

En Puebla, el gobernador Alejandro Armenta emitió el mes pasado la conocida como ‘Ley censura’, para actuar contra los críticos de su gobierno y poder ‘tumbar’ las publicaciones sin la necesidad de un ordenamiento judicial.

Y, el periodista Jesús Gabriel Castaño, director del portal Acapulco Trends, acaba de ser condenado por el Tribunal Electoral de Guerrero, a pagar una multa de 22 mil pesos, publicar durante 15 días una disculpa pública y quedar inscrito durante un año y seis meses, en el Registro Nacional de Personas Sancionadas contra Mujeres por razones de género, ante la denuncia presentada en su contra por la alcaldesa de Acapulco, Abelina López.

Cada día son más los casos similares, que nos demuestran acciones indebidas, excesos, totalitarismo de quienes detentan el poder, pero lo peor no es la actitud dictatorial con la que reaccionan ante las críticas los funcionarios de distintos niveles y en diferentes entidades, sino a lo permisivos que hemos sido como sociedad, de que vemos cómo se van acallando una a una las voces críticas y nos mantenemos impasivos, nos volteamos a otro lado. Seguiré insistiendo, ojalá que con el tiempo, cuando los efectos de esta intolerancia nos alcance, no sea demasiado tarde. Y que cuando lo necesitemos, no haya nadie que venga en nuestro apoyo, que todos se volteen hacia otro lado.

Porque ya es igual contra periodistas, que contra ciudadanos comunes y corrientes.

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

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