Causalidades
Julián Parra Ibarra
En la política, dicen los conocedores, no existen las casualidades, más bien lo que abundan son las causalidades. Que luego los políticos de todos los partidos quieran suponer entre ellos que los ciudadanos son retrasados mentales, es otro boleto, y pretendan engañarlos con palabrería que ya está muy gastada; al menos debieran inventarse otras mentiras, nuevas, porque las que usan ya están muy trilladas, ya han sido repetidas muchas veces y por personajes de todas las ideologías, siglas, colores y partidos.
Esto, viene a colación luego del ‘desaire’ que le hicieran a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo el pasado domingo, un puñado de ‘prominentes’ morenistas, entre ellos los coordinadores de Morena en las cámaras de diputados, Ricardo Monreal Ávila -¡Otra vez Monreal!-; de senadores, Adán Augusto López; Manuel Velasco, diputado por el Verde; la presidenta (oficial) de Morena, Luisa María Alcalde; Andrés López Beltrán (hijo de ya saben quién y el verdadero mandamás en el partido de su ‘papi’), y hasta Alejandro Esquer, ex secretario particular del ex presidente –de cuyo nombre no quiero acordarme- y actual senador.
Éste último fue el único que alcanzó ‘de pasadita’ a darle la mano a la presidenta, quien no quiso ahondar en el tema, solo dijo que ‘estaban distraídos’, algo que en el manual más rascuache de política es imperdonable: el grupo de aludidos, le dio la espalda a la presidenta cuando pasaba junto a ellos, quienes supuestamente se tomaban una selfi con el ‘Primer Junior de México’.
Si una virtud ha mostrado Claudia Sheinbaum desde su asunción al poder, es la prudencia y lo que ella califica como ‘cabeza fría’, y si lo ha hecho al exterior, con mayor razón lo maneja al interior de su partido-movimiento, pero va haciendo su guardadito y en el momento en que lo considere, va a aplicar la diplomacia para irse sacudiendo a gente que no le es deseable. Monreal y Adán Augusto, que nunca han sido santos de su devoción, y con el Junior y Luisa María Alcalde, que sabe que obedecen y atienden las indicaciones llegadas desde el sureste mexicano.
Con los coordinadores camarales, en más de una ocasión ha tenido que intervenir ¿se acuerdan del pleito cuando Adán Augusto denunció una serie de desvíos y mal manejo de recursos en la cámara de senadores durante la administración de Ricardo Monreal? Incluso el tabasqueño sostuvo en su momento que ya se habían iniciado las acciones legales correspondientes. Hasta que intervino la presidente para calmar las ansias novilleriles de sus correligionarios.
Los dos mismos personajes le jugaron a la presidenta a ‘las venciditas’ con el tema del par de iniciativas que envió, contra la reelección, y contra el nepotismo. Ésta última se la aprobaron, pero cambiaron la fecha de entrada en vigor del 2027 como pretendía Sheinbaum, hasta 2030 como lo decidieron en el congreso por así convenir a sus intereses. Ya van varias piedritas en el buche, y en cualquier momento, la inquilina de Palacio Nacional dará un manotazo, y Monreal sabrá lo que es amar a Dios en tierra de indios.
Hasta falta de pantalones acusa: primero ofreció una disculpa en redes sociales, pero enseguida ‘tumbo’ su comentario para afirmar que nada ni nadie puede minimizar el impacto del mansaje de la presidenta.
Luis María Alcalde, creyendo que los mexicanos somos estúpidos escribió en sus redes sociales que “Como lo han hecho en otras ocasiones, los opositores pretenden desviar la atención. Un descuido en el protocolo, que no debió pasar, no disminuye ni opaca el cariño que hoy el pueblo entero expresó en la mayor plaza pública del país”.
No, Luisa María, para tu desgracia no fue la oposición la que le hizo ese desplante a la presidenta de todos los mexicanos, ni fue la oposición la que fue a moverlos a ustedes para que le dieran la espalda a la presidenta a su paso por donde ustedes estaban.
Pero lo que ustedes califican como un ‘descuido’, en el mundo de la política es en sentido figurado, porque en ese submundo, no existen las casualidades, sino las causalidades. Quizá a alguno de los mencionados el hecho fue ‘sin querer queriendo’, pero para la mayoría fue un acto premeditado.
Y, con el tiempo veremos, porque se ve que Claudia Sheinbaum es de los que saben hacer guardaditos; de las que perdonan, pero no olvidan. Hasta ahora los mayores desplantes hacia la presidencia, han provenido de militantes de su propio partido. Qué cosas.
X= @JulianParraIba