Sin perder el piso
Julián Parra Ibarra
De acuerdo a como se van presentando las circunstancias paso a paso, pareciera que Manolo Jiménez Salinas no tendría mayores problemas para hacerse primero de la candidatura por la coalición Va por Coahuila propuesto por su partido, el Revolucionario Institucional; y en enseguida alcanzar la gubernatura para ser el sucesor del actual mandatario de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís.
La sólida base en la que puede sustentar su propuesta de gobierno, está fincada en el trabajo que a lo largo de poco más de cinco años ha venido realizando el lagunero Riquelme Solís, tiempo en el que ha venido edificando un estado fuerte, sólido y en constante crecimiento, a pesar de los tiempos y las condiciones adversas con los que tuvo que lidiar su gobierno por temas como la seguridad, y la salud con el tema específico de la pandemia que puso al mundo de rodillas, y que en Coahuila se supo enfrentar de manera eficiente, al grado que la recomposición global del Estado, se ha dado, sí con la problemática normal, pero sin mayores turbulencias ni sobresaltos.
Manolo, en caso de llegar a la gubernatura, recibiría un estado tranquilo y seguro, materia en la que se ha puesto especial énfasis para evitar el regreso, el reingreso de los grupos delincuenciales que por el lado de la colindancia con Nuevo León y Tamaulipas, han intentado provocar una desestabilización del Estado, aunque por fortuna han recibido la respuesta adecuada, desde el primer gran intento que hicieron el día que Riquelme rendía su primer informe, y los delincuentes aterrorizaban a la gente en Villa Unión, y descargaban metralla al edificio de la presidencia municipal que dejaron en un estado irreconocible.
Por la forma como el Estado respondió a los delincuentes, se sentó un precedente de que cada vez que lo intentaran la respuesta iba a ser siempre en la misma dimensión, y así lo ha sido en las subsecuentes ocasiones que los delincuentes han pretendido ingresar a Coahuila. Contra la delincuencia siempre se respondió, como debe ser, con mano fuerte e implacable.
Eso, la tranquilidad y la seguridad, la preservación del estado de derecho, han sido la piedra angular para que los inversionistas nacionales y extranjeros, volteen permanentemente a Coahuila para instalarse, sabedores además que hay una gran estabilidad laboral y mano de obra calificada, que aquí hay certeza jurídica y un crecimiento económico y social que ha convertido a nuestra entidad en uno de los mejores lugares para vivir.
Mientras tanto en la lucha electoral para suceder al lagunero Miguel Ángel Riquelme, por el lado de los supuestos partidos de izquierda, el divisionismo y el encono son el pan de cada día, primero con la fractura al interior de Morena y la salida por la puerta de atrás, de quien ya se sentía no solo candidato, sino hasta gobernador, Ricardo Mejía Berdeja, quien se fue al PT en medio de un ambiente de confrontación con el líder nacional del partido oficial, Mario Delgado; con quien resultó el ungido con la candidatura, Armando Guadiana Tijerina; y distanciado a más no poder con el principal inquilino de Palacio Nacional.
Si bien los problemas entre los partidos de izquierda abonan en favor de quien competirá por la alianza Va por Coahuila, Manolo Jiménez debe mantener los pies muy bien puestos sobre la tierra, su campaña debe ser intensa, como si estuviera arrancando en el último lugar, debe ser empático y cercano a la gente, ser receptivo, centrarse en lo suyo sin que los estruendos de los otros candidatos lo distraigan.
Debe saber que la gente rechaza y evade las campañas ruidosas, estruendosas y llenas de pirotecnia, los ciudadanos repudian y vomitan las campañas basadas en las agresiones, los insultos, las denostaciones, las descalificaciones, pero que están vacías y huecas de contenido.
Porque los minusvaloran mentalmente, muchos no quieren entender que hoy los votantes son más pensantes, reflexivos, y que saben analizar los perfiles de los candidatos y lo que éstos han hecho a lo largo de su trayectoria tanto política como personal, qué han hecho por el estado al que aspiran a gobernar.
Por ello, Manolo debe en todo momento mantener los pies muy bien puestos en la tierra, realizar una campaña de altura, de propuestas, de proyectos viables, sin caer en las provocaciones ni ser contestatario ante los insultos que seguramente le van a llegar de algún lado donde ante la falta de ideas lanzan provocaciones. Debe mostrar que tiene la madurez que se requiere para ser Gobernador de un estado como el nuestro, y que le han otorgado los años que lleva como servidor público.
Las circunstancias hasta ahora, le resultan totalmente favorables, pero Manolo Jiménez Salinas debe actuar con inteligencia y sensibilidad, para aprovecharlas en su favor. Y así debe mantenerse, sin perder el piso.
@JulianParraIbarra