Futuro con optimismo
Julián Parra Ibarra
El que está por terminar, es un año histórico en nuestro país: por primera vez una mujer llegó a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, después de 200 años y 65 mandatarios varones.
Su llegada al poder se da en medio de un ambiente interno convulso, con un nuevo ‘partidazo’, Morena, que arrasó no sólo en la elección presidencial, sino que ganó la mayoría en ambas cámaras, la de Senadores y de Diputados.
En la cámara baja, los votos alcanzados fueron suficientes para lograr la mayoría calificada; en tanto que en la alta, se valieron primero de la atracción de los perredistas José Sabino Herrera, Araceli Saucedo, que los situó a un voto de lograr la mayoría calificada, el que consiguieron tras un polémico ´trasvase’ del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien en una polémica votación le dio a Morena el voto que necesitaba.
Así, el partido en el poder cuenta con las herramientas necesarias para modificar o cambiar la Constitución sin el apoyo de la oposición, lo cual ya ha venido sucediendo, al aprobarse la tan polémica Reforma Judicial, para que a partir del año entrante, se elijan mediante el voto popular los jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte.
Aprobaron también la extinción de siete organismos autónomos: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
El impacto y consecuencias, todavía no se empiezan a conocer, pero las medidas han causado una gran polarización con los partidos opositores al oficialismo, incluyendo algunos miembros de Morena, como el del senador Javier Corral, ex panista y ex gobernador de Chihuahua, quien voto en contra la extinción de los organismos autónomos.
Aunque con ligeros cambios en su forma de gobernar, la llegada de Sheinbaum Pardo -y ella misma lo ha confirmado-, significa no la continuidad, sino el continuismo de lo hecho por su antecesor y mentor político, que califica lo que el morenismo autoproclama como ‘el segundo piso de la transformación’, lo que está por verse, porque de igual manera todavía no se empiezan a sentir las consecuencias de la herencia dejada por la pasada administración, principalmente en lo que a economía y seguridad se refiere.
De entrada, el gobierno de Claudia Sheinbaum también enfrenta los embates externos, principalmente de Donald Trump, que tomará posesión nuevamente como presidente de los Estados Unidos el 20 de enero próximo, y quien desde su campaña, y con mayor fuerza como presidente electo, no ha parado de lanzar amenazas contra nuestro país, con el argumento de que nuestro país no ha hecho nada o muy poco, para frenar el paso delos migrantes; ni frenado el tráfico de fentanilo al vecino papis del norte.
Las amenazas de Trump han venido subiendo de tono, han ido desde aplicar un 25 por ciento de aranceles a todos los productos que vayan de México a Estados Unidos si nuestro país no frena el paso de los migrantes ni el tráfico de fentanilo, los que subirían al 50, al 75 y el 100 por ciento en caso de que el mandatario norteamericano no vea satisfechas sus peticiones, lo que supondría un grave riesgo para la conservación del Tratado de Libre Comercio (Temec), sobre todo ante la posición de Canadá, cuyo primer ministro, Justin Trudeu sugirió la exclusión de México, del tratado comercial tripartito.
Las amenazas de Donald Trump también han alcanzado a Canadá, al grado de declarar que si los países vecinos de Estados Unidos, el del norte y el del sur, se anexan como dos estados más de la Unión Americana, se terminarían los problemas.
En el firmamento, el panorama para México no se avizora muy halagüeño, y para enfrentar los conflictos internos y externos, Claudia Sheinbaum va a necesitar un cierre de filas en su rededor de parte de todos los sectores. El único ‘pero’ es que si algo ha distinguido a su partido, funcionarios y seguidores, es su estilo belicoso, de confrontación, de división, y en estos momentos lo que la presidenta requiere es la unidad de todos. Por el bien de nuestro país y de todos los que en él habitamos, ojalá lo logre, porque si algo va a necesitar es unidad.
Se avizora un año 2025 difícil, pero como en otras ocasiones lo hemos dicho, por diferentes circunstancias ¿hay algún año que nos haya sido fácil? Y aun así siempre hemos salido adelante. Hemos retrocedido tanto como país, que lo único que nos queda es caminar hacia el frente, hacia adelante.
Por ello y pese a todos, debemos ver el futuro con optimismo, y por ello en esta que será mi última columna del año quisiera desea a todos, lectores y amigos, una muy feliz Navidad, y que el año que está por llegar, sea positivo y maravilloso para todos.
A todos ¡Feliz Navidad! Aquí nos veremos -o leeremos- el año entrante, primero Dios.
X: @JulianParraIba