Ni guerra, ni abrazos
Julián Parra Ibarra
Cuando lleva apenas una semana como presidenta de México, los juicios tanto en favor como en contra del papel de Claudia Sheinbaum, particularmente me parecen demasiado prematuros. En apenas unos días no se puede calificar si su gobierno es bueno o es malo, quizá se empiecen a ver pinceladas de lo que pretende sea el sello de su gobierno, pero no creo que sea el tiempo de emitir calificativos.
Algunos rubros como el de seguridad pública, del que ha dicho que no regresaremos a la guerra contra el narco como en los tiempos de Calderón; pero también, aunque no lo admita públicamente, debe aceptar que la política de abrazos no balazos implementada por su antecesor no solo no funcionó, sino que empoderó más a los cárteles que paulatinamente fueron copando y mantienen control territorial en algunas zonas e incluso en algunas entidades completas de nuestro país.
Un par de botones de muestra –aunque pudieran ser si no la mayoría, sí una buena parte de las entidades-, son los estados de Sinaloa y Guerrero, donde está más que demostrado que son los grupos del narco los que tienen el control de la mayor parte de la entidad, al grado que el responsable de la Tercera Región Militar ubicada en territorio sinaloense, Francisco Jesús Leana dijo que la tranquilidad de Sinaloa no dependía de las autoridades, sino del crimen organizado, y por cierto ya fue removido a la Ciudad de México.
Lo de Guerrero, no puede ser interpretado de otra manera que como un reto a las autoridades federales, habida cuenta a nivel local son inexistentes las de nivel municipal y estatal. En menos de una semana los grupos que operan en Guerrero, ejecutaron al que iba a ser el director de Seguridad Pública de Chilpancingo; a tres días de haber asumido el cargo al secretario del Ayuntamiento; y dos días después al alcalde que había tomado posesión apenas el 1 de octubre.
Gracias a la herencia que le dejó su antecesor, que encabezó el gobierno más violento en la historia moderna del país –con 199 mil 621 muertes violentas en 5 años y 120 meses, y que si le hubieran dejado los seis años completos hubiese rebasado los 200 mil homicidios dolosos, 94 diarios-; Claudia Sheinbaum ya lleva en su cuenta 566 muertes violentas en siete días, promedio de 80.85.
Se dará cuenta que no es por donde se ha andado en los últimos años, para la pacificación del país. No es con una guerra, pero tampoco con abrazos como se logrará el objetivo
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X= @JulianParraIba