viernes 22, noviembre, 2024

A LA BÁSCULA

Cuando vinieron…

Julián Parra Ibarra

En el Museo Memorial del Holocausto se encuentra grabado este pensamiento que algunos afirman que es un poema, y su creación se le atribuye al pastor alemán Martín Niemöeller, que se habría generado después de la Segunda Guerra Mundial.

“Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista; luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista; luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío; luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre”, es el texto al que me refiero.

La frase aparece como las palabras finales de la exhibición del Museo y según la página de éste, representan una crítica contra la pasividad y la indiferencia durante el holocausto.

Algunos sitios registran con palabras atribuidas a Niemöeller, que tras la Segunda Guerra Mundial, el pastor habló abiertamente acerca de su ‘complicidad’ en los primeros años del nazismo. “No protesté”, “Preferíamos guardar silencio”. Y explicaba que, durante los primeros años del régimen nazi, había guardado silencio.

En los años recientes en México, cuando los padres de niños con cáncer a los que les empezaron a restringir y hasta eliminar los medicamentos protestaron, recibieron el embate del gobierno al grado de acusarlos de ‘golpistas’. Pero como la mayoría no tenemos hijos con cáncer, guardamos silencio.

Cuando para poder enfrentar la virulencia de la pandemia los médicos y personal de salud protestó por la falta de los insumos básicos para quienes estaban en la primera línea, al grado que México es el país con más personal médico muerto por Covid, fueron descalificados e insultados del oficialismo, pero como la mayoría no somos personal médico, no hablamos.

Cuando las madres buscadoras pedían ser recibidos por el presidente para abordar el tema y establecer una política de gobierno para encontrar a sus desaparecidos, fueron menospreciados y nunca recibidos, aunque sí se recibió a las abuelas de la ‘Plaza de Mayo’ argentinas, pero como los demás no tenemos desaparecido a ningún miembro de la familia, no dijimos nada.

Cuando los maestros lucharon para evitar que llegaran a las aulas los textos doctrinarios y deficientes educativamente hablando, de la mal llamada ‘nueva escuela mexicana’, fueron calificados como enemigos del gobierno y del presidente, tampoco dijimos nada porque los demás no somos maestros, y nos volteamos para otro lado.

Cuando los trabajadores del Poder Judicial han emprendido una lucha para evitar una reforma que lo único que promete es incertidumbre al futuro; movimiento que es apoyado por estudiantes de la carrera de derecho de varias universidades del país a los que se acusó de ignorantes, al resto no nos ha importado porque nosotros ni somos trabajadores del Poder Judicial, ni somos estudiantes.

Cuando a las mujeres trabajadoras les eliminaron las guarderías donde dejaban a sus hijos para poder ir a ganar el sustento de la familia, cuando a las mujeres violentadas les cerraron los refugios a pesar de que el feminicidio se ha potenciado en el país, cuando, cuando, cuando…

En fin, la lista es interminable de los ‘cuándos’, y siempre la mayoría no hemos protestado, hemos guardado silencio. Ojalá que cuando vengan por el segmento al que pertenecemos o de manera personal, todavía haya quien hable a nuestro nombre. Ojalá que nuestro valemadrismo con el tiempo no nos vaya a cobrar factura.

Porque durante la construcción del primer piso cuatrotero y su proyección al segundo piso, se ha venido demoliendo el andamiaje democrático y las instituciones que llevaron décadas construir, y queramos o no, creamos o no, nos agrade o no, más tarde o más temprano, las consecuencias nos van a alcanzar a todos, más allá que seamos profesionistas, empresarios, médicos, maestros, estudiantes, madres buscadoras, padres de niños con cáncer, madres violentadas, madres trabajadoras.

Ojalá que, con el paso del tiempo, no tengamos que lamentar nuestra inmovilidad, nuestra indiferencia y pasividad. El que una gran mayoría de este país, esté interesado de si Adrián Marcelo salió de la casa de los famosos, mucho más que por la discusión en las cámaras de Diputados y Senadores, de la pretendida Reforma Judicial.

Pareciera con esa actitud, que tenemos los gobiernos que nos merecemos. No todos, por supuesto.

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

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