Sí, es Manolo
Julián Parra Ibarra
Luego de ganar la encuesta interna del PRI realizada el pasado domingo para definir la candidatura de su partido para la gubernatura del Estado que se disputará el primer domingo de 3 junio de este año, Manolo Jiménez Salinas presentó la mañana de este lunes su renuncia a la secretaría de Inclusión y Desarrollo Social del Gobierno del Estado, conforme lo marcan los tiempos electorales, para poder ir en pos de la candidatura que, todo indica, será por la alianza Va por Coahuila, en la que competirán juntos el PRI, el PAN y el PRD.
A decir verdad, lo que ha venido sucediendo a nadie tomó por sorpresa porque era algo que se veía venir desde hace mucho tiempo, con todo y que por momentos hubo algo de ruido tanto interno como externo. En el primero de los casos, porque algunos personajes se consideraban con los merecimientos suficientes como para obtener la candidatura priista, para suceder al actual mandatario, Miguel Ángel Riquelme Solís, como es el caso de los saltillenses Jericó Abramo Masso y José María Fraustro Siller, ex alcalde y alcalde en funciones respectivamente, de la capital, Saltillo; además del actual alcalde torreonense Román Alberto Cepeda.
Se tuvo que tejer muy fino internamente para no provocar la menor fisura, y aunque hubo por ahí algunos jaloneos y berrinches, el llamado primer priista del Estado, Miguel Ángel Riquelme, supo mover las piezas y allanar los caminos para que hubiera unidad en torno a Manolo Jiménez y se dieran las cosas como marchan hasta ahora.
Externamente también hubo algunos ‘jaloneos’ sobre todo en el PAN para el establecimiento de la alianza, pero al final también en ese terreno se planchó fino, y todo hace indicar que Va por Coahuila y los tres partidos que la integran, llevarán como candidato a Jiménez Salinas.
Manolo es un tipo joven, tiene 38 años y no sé si podría ser de llegar a serlo, el gobernador más joven que habría tenido Coahuila. En el mundo de la política ha sido regidor, diputado local, alcalde de Saltillo en el periodo especial de un año, y luego se convirtió en el primero en lograr la reelección, ahora para el periodo de tres años, responsabilidad que concluyó hace poco más de un año; pero en lo social tiene un gran trabajo porque desde muy joven siguió los pasos y acompañó a su madre en labores sociales con habitantes de colonias marginales de su natal Saltillo.
Las cartas credenciales que presenta en su paso por la alcaldía de la capital coahuilense, le permitieron cerrar su gestión como uno de los alcaldes mejor calificados de todo el país, lo que de alguna manera influyó para que el gobernador Miguel Ángel Riquelme le invitara a sumarse a su gabinete como secretario de Inclusión y Desarrollo Social, puesto en el que se desempeñó desde el día siguiente que dejó la alcaldía saltillense, y en el que se mantuvo hasta la mañana de este lunes en que presentó su renuncia al gobernador, y estar en condiciones de cumplir con los tiempos electorales, porque estamos justamente a cinco días de que inicie el periodo de precampaña, es decir este próximo sábado.
Para como pintan las cosas, la lucha por la gubernatura se centrará en dos grandes frentes, el de la alianza Va por Coahuila con Manolo como su abanderado; y el de Morena y sus aliados, encabezada por el senador Armando Guadiana Tijerina.
Sin embargo, la gran diferencia entre uno y otro bandos, es que en el primero de los casos prevaleció la tradicional disciplina tricolor para cerrar filas en torno al ‘bueno’, y la apertura de panistas y perredistas para ir en alianza, aunque huelga decir que a estos no les quedaba otra porque están convertidos en partidos marginales, y que, de ir solos con su propio candidato, no los iba a llevar a otro lado más que al de la orilla de la desaparición.
Mientras tanto en la tienda de enfrente ya no es nuevo decir que internamente en Morena suelen canibalizar las candidaturas a gobiernos estatales tal y como ocurrió en Durango, y cuya historia se está repitiendo en Coahuila, con un ‘renegado’ que hasta que los resultados no le fueron favorables, reclamó que los métodos de selección habían sido mañosos y tramposos.
Y por más señales que le ha dado directamente el propio Presidente y el líder nacional de su partido, el ‘acapulqueño’ Ricardo Mejía parece ni estar convencido de quedar fuera, ni dispuesto a permitir que Guadiana Tijerina avance. Al más puro estilo morenista, preferible que llegue alguien de la oposición, a permitir que lo haga alguien de su mismo partido si éste no es el elegido.
En fin, de acuerdo a lo que se veía venir, parece que las aguas van tomando su cauce al menos hasta el día de las elecciones, porque ese día, quien tomará la decisión de quién será el próximo Gobernador, es la ciudadanía, con su voto, en las urnas. Que sea y venga lo mejor para Coahuila.
@JulianParraIba