viernes 27, septiembre, 2024

A LA BÁSCULA

Riesgos no calculados

Julián Parra Ibarra

Dice el lugar común que se puede engañar mucho tiempo a pocas personas, o poco tiempo a muchas personas, pero que es imposible engañar a todas las personas todo el tiempo, y me parece que, al cabo, es lo que terminará por sucederle al principal inquilino de Palacio Nacional.

Muchas cosas ha intentado y si bien en algunas ha conseguido su objetivo, en otras con todo y su verborrea e incontinencia verbal, nada más no ha conseguido su propósito. Al principio de su administración intentó desaparecer la autonomía de las universidades públicas del país, y cuando fue sorprendido en su intención en el decreto que buscaba promoverlo, arguyó que se había tratado de un error, cuando en un largo párrafo se expresaba de manera muy clara cuál era la intencionalidad. Como no logró, ha venido castigando presupuestalmente a las universidades públicas.

Lo ha intentado todo, la desaparición del INE, del INAI y ahora el embate es contra el Poder Judicial del que, dice, nunca se había visto una rebelión en contra del Poder Ejecutivo. Es decir, en sus propias palabras dice que se revelan, en contra de su intento de controlarlo. Lo cierto es que nunca en la historia moderna de nuestro país, un presidente hubiera atentado contra otro poder para someterlo, como tiene sometido desde el inicio de su administración, al Poder Legislativo.

Hemos pasado, lo hemos comentado usted y yo en este mismo espacio en varias ocasiones, del ‘el presidente propone y el congreso dispone’, de Vicente Fox; a ‘el presidente ordena y el congreso se agacha y obedece sin chistar, sin moverle o cambiarle ni un punto ni una coma’, de Andrés Manuel.

Hasta ahora muchas de las trampas con las que ha minado el camino de los que él considera como sus adversarios por el simple hecho de no compartir sus puntos de vista, le han resultado. Pero, ojo, me parece que en el tema del Poder Judicial ni el rey número non ni sus asesores han calculado los riesgos, y este petardo le puede tronar en las manos.

Ahora son los trabajadores del poder judicial los que han salido a tomar las calles de las que el tabasqueño se siente dueño, pero este movimiento puede ir creciendo, son la suma de la sociedad civil, pero también de otros grupos o segmentos de la población que han sido agraviados por el discurso y acciones presidenciales. No le extrañe que se sumen en apoyo a este movimiento, los médicos, los maestros, las mujeres, los padres de niños con cáncer y muchos otros más.

No calcularon, me parece, los riesgos que puede traer esta nueva muestra de autoritarismo. Al tiempo.

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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