La tarea pendiente
Julián Parra Ibarra
Este lunes se puso en marcha el ciclo escolar 2023-2024 para estudiantes del nivel básico. Poco más de 24 millones de escolapios volvieron a las aulas; en 25 de las entidades del país lo harán con los nuevos libros de texto gratuitos, y en siete de ellas empezarán a trabajar con los libros del anterior ciclo y en algunos de ellos se complementarán con material diseñado y publicado por los gobiernos locales
Los casos de los estados de Coahuila y Chihuahua, fueron subrayados por la secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya durante la mañanera de este lunes donde, dijo, no se entregarán los nuevos libros, ya que los gobernadores Miguel Ángel Riquelme Solís y María Eugenia Campos Galván, respectivamente, presentaron una controversia constitucional para evitar su distribución, “por eso, las alumnas y los alumnos de educación básica de esos estados no los tienen. Es una decisión que tomó el ministro Luis María Aguilar en la Suprema Corte de Justicia”.
En otros estados, según la secretaria de Educación, como Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Yucatán, serán los padres de familia y docentes, determinarán si utilizan los nuevos materiales educativos.
Al poner en marcha el ciclo escolar, en Coahuila el gobernador Miguel Ángel Riquelme, envió un mensaje a la secretaria de Educación y al presidente Andrés Manuel López Obrador: que lo de Coahuila no es una confrontación, ni lo va a ser, “Coahuila sabrá resolver en tiempo y forma cuál es el modelo a seguir este año, y lo hará de acuerdo con maestras y maestros, con los líderes sindicales y el gobierno Federal. Aquí estamos orgullosos del sistema educativo que hemos trabajado mucho y fortalecido con el paso del tiempo”.
En tanto no se dé una homologación de la metodología con la que se trabajará con los alumnos del nivel básico de las escuelas públicas de nuestro país, una parte lo hará con los libros anteriores, y otro más lo hará con los nuevos de texto gratuitos que desde que se conocieron están en medio de la polémica. Los estudiantes de los colegios y escuelas particulares lo harán de diferente manera de acuerdo con el criterio de sus maestros.
En medio de los diferendos, los maestros de aula, los que corren el gis en el pizarrón, y a los que no se les tomó en cuenta con debieran para el diseño y la elaboración de los nuevos libros, son los que tendrán que enfrentar, en los hechos, el problema frente a sus estudiantes, no son ni los funcionarios, políticos o directivos, sino los maestros a quienes les dejarán finalmente el manejo del problema que ellos no generaron.
Las consecuencias de todo este galimatías se verán no en el corto, sino el mediano y largo plazos, y los únicos que serán impactados, positiva o negativamente, serán nuestros niños. Este nuevo obstáculo, se sumará a la problemática que de por sí ya venían arrastrando desde hace años los alumnos del nivel básico de nuestro país.
Ya desde que se tenían mecanismos de medición, como la prueba Pisa, se comprobaron los bajos resultados en el aprendizaje: 60% de los alumnos no adquirían los conocimientos básicos de matemáticas, y 40 por ciento presentaba problemas en comprender el lenguaje escrito. El Instituto Nacional de Evaluación Educativa, creado en 2002 y que había ofrecido resultados importantes en la evaluación de nuestros estudiantes, fue desaparecido en 2019 por el actual gobierno federal. A partir de ese momento, consideran especialistas en el tema, no se ha generado información sobre el estado en que se encuentra la educación en nuestro país.
Y si el rezago ya era importante, la llegada de la pandemia lo acrecentó, porque el sistema a distancia si bien fue un salvavidas para que no se abriera un hueco total, no fue suficiente para que los alumnos alcanzaran el nivel deseado de acuerdo con el grado que cursaban. Los problemas de lectoescritura y la comprensión de los temas de matemáticas, se potencializaron. Desgraciadamente, la pandemia también trajo como consecuencia un elevado porcentaje de deserción escolar en México.
Con deficiencias importantes en materias básicas como las matemáticas y la lectoescritura, el problema podría agudizarse porque estas dos materias, son de las más sacrificadas en los contenidos de los nuevos libros de texto gratuitos.
Por ello nuestra insistencia de los resultados de la actual problemática, sumados a los rezagos que ya se venían arrastrando, indudablemente que traerán consecuencias para nuestros niños. Pero éstas no se verán en el plazo corto ni en un ciclo, las consecuencias se verán en el mediano y largo plazo, y además la brecha entre estudiantes del sector público y privado, tenderá a hacerse más grande.
Esa es la tarea que tenemos todos como sociedad. Maestros, investigadores, pedagogos, padres de familia, dirigentes sindicales y líderes de sociedades de padres de familia. Todos.
@JulianParrraIba