Juan Antonio Martínez Barrios
De lujos y enmiendas
Mal. Muy mal. Patético se vio la semana pasada el diputado federal por Morena y
coordinador de su grupo parlamentario, Ricardo Monreal Ávila. Primero intentó
justificar con mucha seguridad el uso de un helicóptero de empresa particular. Dos
días después se estaba desdiciendo y ofreciendo disculpas, prometiendo que no lo
volverá a hacer.
Exgobernador, tres veces diputado federal, dos veces senador, exjefe delegacional
en la Ciudad de México, militante en cinco partidos políticos, el zacatecano
demostró que no tiene autoridad moral para coordinar a nadie y mucho menos
podrá, en adelante, hablar de la autonomía del poder legislativo.
El miércoles de la semana pasada no sólo reconoció que a principios del mes utilizó
un helicóptero particular –de 5 mil dólares los 20 minutos- para un traslado, en
compañía del también diputado federal Pedro Haces, sino que admitió que usa con
frecuencia este medio de transporte e incluso que “me van a ver seguido”. Dijo que
no es hipócrita y que desde sus tiempos de gobernador utiliza helicópteros para
determinados traslados.
Apenas dos días después se estaba disculpando por su proceder, contrario al
discurso de austeridad que pregona Morena, la 4T y la presidenta, Claudia
Sheinbaum, quien el viernes manifestó que como servidores públicos deben ser un
ejemplo de lo que se proclama. Ese mismo viernes, luego de salir del Palacio
Nacional y previo estirón de orejas, Monreal Ávila declaró que intentará que no se
repitan acciones como la del helicóptero porque “pueden causar alguna afectación a
nuestro movimiento”. Y ofreció “una disculpa sincera” a los militantes y a todos los
mexicanos que se sintieron lastimados u ofendidos.
Molesto y retador ante las preguntas de la prensa, su compañero de viajes de lujo,
Pedro Haces, dirigente de la Confederación Autónoma de Trabajadores y
Empleados de México (Catem), dijo, por su parte, que el que trabaja puede viajar
por cielo, mar y tierra.
Desde el pasado 16 de octubre la presidenta había reaccionado reprochando que el
diputado local coahuilense por el PT, Antonio “Tony” Flores, hiciera ostentación
conduciendo un Lamborghini por las calles de Múzquiz y fuera proveedor de la CFE.
Demandó que los servidores públicos de la 4T actúen con responsabilidad y en
congruencia con los valores que promueven, y “que se investigue” porque un
legislador no puede ser proveedor de una empresa paraestatal. En respuesta,
Tony Flores publicó hace cuatro días en redes sociales una fotografía de su
persona luciendo un reloj de más de 3 millones de pesos.