Juan Antonio Martínez Barrios
Los lujos y el divisionismo
Entre inútiles llamados a manejarse con austeridad y dentro de la “justa medianía”, de parte de la líder nacional de Morena, Luisa María Alcalde, y evidencias de serio divisionismo al interior del partido formado por Andrés Manuel López Obrador han transcurrido las últimas semanas.
La polémica surgió ante los viajes que realizaron figuras de Morena a países de Europa y Asia pagando lujosos hoteles y comidas, entre ellos, “Andy”, el hijo de López Obrador, que estuvo varios días en Japón. Y dentro del partido de la 4T no tardaron en aparecer diferencias de opinión y cuestionamientos entre ellos mismos.
Tanto la presidenta Claudia Sheinbaum, como la diputada Luisa María Alcalde han hecho llamados a conducirse con moderación y austeridad aunque se trate de recursos no públicos los utilizados en los viajes. Manejarse en la justa medianía, insiste la dirigente morenista.
El polémico Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, quien ha reconocido que le gustan los lujos, le respondió con un rotundo “no, no, no, no. Lo que tú puedas pagar con tu ingreso es correcto”.
Posteriormente a Alcalde se le impidió el acceso a una reunión plenaria de la bancada morenista, que coordina Ricardo Monreal Ávila. Ya estamos muy apretados, habría justificado el zacatecano, quien viajó a España hace dos semanas.
Además, Monreal Ávila le exigió al presidente de la Cámara Baja, su correligionario Sergio Gutiérrez “dar la cara a la ciudadanía” y aclarar la polémica provocada por sus lujos derrochados, pero evadió responder si Gutiérrez Luna incurrió en delito al aceptar la invitación a una exclusiva fiesta de la Fórmula 1.
A nivel Coahuila, la unidad morenista está muy lejos de ser la constante, más bien se advierte acorde al escenario nacional, con un Diego del Bosque, dirigente estatal solo en el papel, pues los grupos ni lo toman en cuenta, ni él es capaz de reunirlos, ni siquiera de hacer llamados a la conciliación.
El creciente divisionismo lo encabezan los senadores Luis Fernando Salazar Fernández y Cecilia Guadiana. Y es que ambos se ven desde ahora como candidatos a gobernador(a), con adeptos entre diputados y regidores, que se conducen de acuerdo con sus intereses muy particulares, muy alejados del pueblo, al que tanto aludía AMLO.
