lunes 25, noviembre, 2024

ALGO QUE VALE LA PENA LEER

Juárez, la otra historia

ALBERTO BOARDMAN

No hay duda de que Benito Juárez y su figura encumbrada como el “Benemérito de las Américas”, deben su inscripción en la historia tanto a la verdad como al mito. En México desde la educación primaria oficial aprendemos la leyenda del niño humilde, que luego de ser pastor de ovejas y tocar la flauta, llegó a ser un poderoso presidente.

Sin embargo, en realidad poco sabemos del hombre. Pues como bien lo apunta José Luis Trueba Lara en su más reciente libro “Juárez, la otra historia” (editorial Océano, 2023), desde los años cuarenta del siglo pasado no han vuelto a publicarse actualizaciones biográficas relevantes sobre este personaje.

De esta manera y fiel a su estilo (“Hidalgo, la otra historia” 2021; “Malinche” 2019 y “Moctezuma” 2018), Trueba Lara regresa a la narrativa histórica con una novela que, a pesar de jurar sus hechos sobre la biblia de la leyenda, abraza al mismo tiempo la exigencia de los datos reales, los que por serlo tanto, llegan a superar a la propia ficción. 

Leeremos entonces a un Juárez que narra sus sentimientos y pensamientos, una voz interior que habla de traiciones, recuerdos, complejos y emociones. Enseguida, a manera de capítulos intercalados aparecen las voces de personajes muy cercanos: su esposa Margarita que lo justifica; Antonio Salanueva, integrante de la venerable Orden Tercera de San Francisco, que se arrepiente de ayudarlo; Melchor Ocampo, Porfirio Díaz, fieles y detractores que permiten al lector una mirada al Juárez íntimo, al ser humano de carne, hueso y pasiones.

Porque como ciertamente, entre otras cosas apunta el autor, Juárez se soñó de mármol y quiso pasar así a la historia, y actualmente, ese ídolo al que todo líder político pretende imitar, es ese Juárez, el de bronce en las estatuas y su nombre en las calles, plazas y mercados; la figura glorificada del héroe de las batallas legales, no el de la esfinge impertérrita o soberbia en el alma que ni en broma hablaba del perdón.

Una lectura por demás recomendable para entender lo que el propio benemérito alguna vez señaló: “No deshonra a un hombre equivocarse. Lo que deshonra es la perseverancia en el error”.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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