lunes 25, noviembre, 2024

Menotti, ese filósofo del futbol, que en poco tiempo dio mucho al futbol mexicano

Raúl Adalid Sainz

Contextualicemos: México venía de no calificar al mundial de Italia 90. Descalificado por el asunto de los «cachirules». El fracaso de Lapuente y Trelles, en aquella «Copa Oro» de 1991. Nadie quería pertenecer a la selección mexicana. Urgía un cambio generacional. Emilio Maurer y Francisco Ibarra, al mando de la Federación Mexicana de Futbol, deciden traer un técnico que fuera una nueva motivación para el jugador mexicano.

En 1991, Cesar Luis Menotti, es nombrado director técnico de la escuadra mexicana. Había que formar un representativo joven. Menotti armó una selección con jugadores surgidos de Pumas: Campos, Suárez, Ramírez Perales, García Aspe, Luis García; otros como Nacho Ambriz, Porfirio Jiménez, Ramón Ramírez, Misael Espinoza, Esquivel, Hermosillo, «Turbo» Muñoz.

Dio mentalidad de triunfo al aprovechar las virtudes del futbolista mexicano: toque rápido, velocidad, esfuerzo conjunto, para cerrar espacios y abrirlos para atacar. Implementó el achique. Robar pelota en territorio rival. Posesión y saber qué hacer con el esférico para atacar con idea. Jugar ofensivamente ante cualquier rival.

Esta creencia del jugador mexicano, en que era capaz, se vio reflejado en aquel empate a uno (gol de cachete de Carlos Hermosillo) contra Alemania en territorio germano. Aquella gira por Europa (1992), era su filosofía de que el futbolista mexicano tenía que salir de su zona de confort local. Exponerse en el extranjero. Su trabajo en cancha era referido como algo que no conocían los jugadores mexicanos. El centro delantero no era fijo, buscaba desmarcarse por las bandas. Esto lo refiere Luis García, como algo aprendido en enseñanza de Menotti.

Los frutos de lo trabajado los recogió Mejía Barón. Quien sabe de futbol, sabe ver estos logros, mismos que no son fáciles de construir. Hoy el aberrante exitosismo, pregunta inquisitiva, en cuanto a consecuciones de un entrenador: ¿qué ganó el futbol? no es cuántos títulos logró, eso es simplista, sino qué se implementó en idea futbolística y cómo se materializó en la cancha.

Hay que investigar, y sobre todo analizar la era Menotti, para darse cuenta qué era el futbol mexicano cuatro años antes de su llegada. Después de la «Copa del Mundo» en 1986, el TRI nacional, era un barco a la deriva. El llamado «Filósofo del futbol», fue fundamental para que México buscara su participación en «Copa América».

Veía que el futbol mexicano necesitaba el roce con la alta competencia. En un poco más de un año de estadía fue mucho lo que hizo. Las mafias futboleras, aquella disputa del grupo Televisa, quienes habían perdido los derechos cuantiosos del tricolor, contra Maurer e Ibarra, trajeron consecuencias en el trabajo de Menotti y prefirió renunciar. Nunca sabremos qué habría logrado «El Flaco», con la selección.

Para el jugador mexicano, de aquellos años, muchachos jóvenes con potencial, un hombre como Mennotti, con el verbo para acrecentar la mentalidad triunfadora, y la gran experiencia del trabajo en cancha, seguramente habría traído buenas consecuencias.

El pantano repleto de caimanes ambiciosos siempre será el lastre de nuestro futbol. Por cierto, hoy César Luis Menotti, es director deportivo de la selección argentina. Fundamental en la elección de Scaloni, y en sostenerlo, cuando las aguas estaban turbulentas en el proceso primero de trabajo en la albiceleste. Otra realidad muy diferente a México.

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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