lunes 25, noviembre, 2024

FRACTALIDADES

Foro sobre la iniciativa de Ley General de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación

Salvador Hernández Vélez

La semana pasada, la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), fue sede de un foro de consulta sobre el anteproyecto de ley que modificará el ordenamiento que actualmente rige la actividad científica y tecnológica, que data del 2002. Para la discusión de esta propuesta de ley, en el foro participaron investigadoras e investigadores de la UAdeC, señalando puntualmente dudas y correcciones a diferentes artículos de la ley en cuestión.

La UAdeC mantiene una importante colaboración institucional con el Conacyt, que ha permitido potenciar conjuntamente nuestras capacidades, recursos humanos y materiales en beneficio de la ciudadanía. Ejemplos de esta colaboración son el Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico del Semidesierto de Coahuila (CIJE), en Viesca, y el Centro de Investigación para la Conservación de la Biodiversidad y Ecología de Coahuila (CICBEC) en Cuatro Ciénegas, ambos centros se concretaron a partir de la propuesta de la doctora María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt.

En el CIJE en Viesca, se aplica el modelo de trabajo de la penta-hélice, el jardín etnobiológico es sustentable, a la vez busca resolver la problemática de los productores rurales, desde un enfoque etnobiológico, recibe el apoyo de ejidatarios de esa región, con la colaboración de los tres niveles de gobierno, tiene también el patrocinio de empresas, como Peñoles y AHMSA y de empresarios de la región; además participan otras universidades, entre ellas la Narro, Chapingo y la UJED, y sobre todo de la población de Viesca, comunidad que evolucionó de ser un oasis a un páramo, debido a la construcción de las presas sobre el río Aguanaval en Zacatecas.

En 1962, al regresar a Viesca, Gregorio Martínez Valdés, luego de obtener su grado de doctor en Estados Unidos, se enteró que su tía Teodora había fallecido, ella era versada en botánica aplicada, en ecología y practicante de la medicina, le llamaban yerbera. Por ello se interesaba por la exploración botánica, conservación de recursos fitogenéticos, evaluación, caracterización, manejo y uso de especies diversas, y ubicación de nichos ecológicos para la recolección. Contaba con su propio jardín de hierbas xerófitas medicinales. Sus proyectos eran financiados por ella misma. Pero con su muerte, todo ese conocimiento acumulado se perdió. Hasta hoy, después de 60 años, con el apoyo del Conacyt estamos rescatando esos saberes.

El botánico coahuilense, Gustavo Aguirre Benavides, en un texto de 1988, denominado “Botánica económica de las zonas áridas y semiáridas mexicanas”, argumentaba “que la escasez del elemento primordial agua, obligaba a buscar alternativas para aprovechar la gran variedad de especies vegetales que óptimamente, fructifican en regiones donde con un mínimo de humedad y extremas temperaturas, prosperan dando grandes beneficios al hombre, que hasta ahora no ha sabido aprovechar”. Hasta ahora, encontramos un espacio en la propuesta de ley y en la nueva política del Conacyt, para aprovechar las potencialidades de las plantas del semidesierto para beneficio de los habitantes de las áreas rurales.

Y en el caso del Valle de Cuatro Ciénegas, su biodiversidad, sus especies únicas, y las amenazas que ya se cernían sobre este insólito lugar, fueron valoradas desde 1960 por el doctor Wendell L. Minckley, de la Universidad de Kansas, quien con su equipo de investigadores, visitaba Cuatro Ciénegas año con año, antes de que nadie le diera el valor que hoy se le reconoce. Y desde esas fechas propuso que la universidad atendiera esa problemática, y apenas hace tres años lo empezamos a hacer. Por eso señalo que llegamos tarde a estos lugares con nuestros centros de investigación.

La iniciativa de ley en discusión, toca un aspecto que es fundamental, el financiamiento para las humanidades, las ciencias, las tecnologías y la innovación, buscando que los presupuestos se incrementen progresivamente y que exista la posibilidad de aportaciones y colaboraciones de la iniciativa privada, gobiernos estatales y municipales, bajo reglas muy claras y transparentes y que se orienten a resolver los problemas prioritarios del país. Esperemos que el resultado final de este largo proceso de consulta, culmine con la mejor legislación posible en beneficio de la ciencia, las humanidades, la tecnología y la innovación.

jshv0851@gmail.com

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