Joyas de la familia
“Tal vez lo que creo haber olvidado continúa ahí y nomás es cosa de encontrar la llave. Aquel aroma, esa visión, una nota, sabor o sensación táctil para entrar de nuevo a mis recuerdos”. Sergio Avilés.
ALBERTO BOARDMAN
Conocí a Sergio Avilés hace muchos años en torno a una charla radiofónica en la que hablamos de libros, cine, de ciudades y personajes antiguos, pero sobre todo, de la vida. De trato muy afable y conocimiento enciclopédico, orgullosamente saltillense, el también cineasta, productor y escritor, tiene en su haber una decena de publicaciones, películas y cortometrajes.
“Joyas de la familia”, su última novela publicada por editorial Alfaguara en noviembre de 2022, resulta coincidentemente, el mejor ejemplo de una joya disímil de la narrativa contemporánea, una que vale mucho la pena leerse con la pausa del disfrute, y explico el porqué.
El propio Sergio revela que el génesis de la idea literaria nació hace poco más de 30 años, cuando una amiga le compartió que había heredado de su familia una gargantilla de diamantes muy valiosa, de la que no conocía su origen. Juntos investigaron y descubrieron que aquella gema procedía ni más ni menos que de Rumania. El incidente fue suficiente para sembrar en el autor la semilla de una narración que habría de germinar y crecer insospechadamente, como los bambúes, a una altura formidable, de sopetón y muchos años después.
Y es que lo interesante de esta apuesta literaria es la forma, ya que, como bien dice Sergio, la novela constituye un homenaje a las charlas de los abuelos, ésas que comenzaban con un recuerdo sin terminar, que brincaba a otro y luego, a una anécdota, para pasar a alguna referencia histórica, un chisme, un chiste y cerrar el capítulo de la conversación con el famoso “pues como te decía al principio”. De esta forma se relata la historia de un detective saltillense que busca el origen de esta joya de familia, y que en su relato agolpa recuerdos tensando por momentos al máximo el hilo conductor de una novela que vale la pena disfrutar, de ínterin histórico a imperdibles interludios anecdóticos.
Porque como bien dice Sergio: “Las joyas de una familia no son las piedras, los metales preciosos. Son las personas, sus lealtades, sus amores”.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.