De once varas
Julián Parra Ibarra
En círculos morenistas de varios estados de la república, la actitud cada vez más bélica y contra más blancos adoptada por el Presidente, viene provocando una preocupación que va en aumento porque consideran que ya ‘se le pasó la mano’, y que si bien al principio quizá por estrategia era conveniente un discurso agresivo en contra de ‘los adversarios’, sienten que cada vez las cosas se están empezando a salir de control.
Muchos de ellos, aunque ya no están de acuerdo con lo que viene haciendo el principal inquilino de Palacio Nacional, lo comentan en corto y en voz bajita porque no quieren desatar la furia de su líder, ya que cualquier comentario en contrario de lo que él y solo él decide, los colocaría de inmediato en la lista de los enemigos y en el blanco de sus ataques.
Los ataques en contra de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) son catalogados por muchos como innecesarios y desmedidos. Incluso hay quienes consideran que el Presidente podría ser acusado de violencia política en razón de género, porque en su caso particular, los insultos, las agresiones y lo que ha salido de su boca han sido básicamente por su condición de mujer, y que provocó que los seguidores del Ejecutivo la atacaran en redes sociales, incluyendo un ‘supuesto meme’, que no es otra cosa que una muy directa amenaza de muerte directa en contra de Piña Hernández, cuya foto aparece con la leyenda de ‘el problema’ y debajo la foto de una bala que dice ‘la solución’.
Cuando el virulento discurso presidencial se encaminó contra los Oxxo, ‘curiosamente’ una gran cantidad de tiendas de conveniencia de esta marca, empezaron a ser incendiados en diversas entidades del país; contra los periodistas a quienes no ha dejado de atacar en más de cuatro años de gobierno, se ha traducido en amenazas contra varios comunicadores de la capital del país, y la coronación de estos ataques fue el atentado contra Ciro Gómez Leyva.
Los discursos de agresión y hasta de odio contra la ministra Piña Hernández, rápido encontraron eco entre los seguidores del Presidente, que pareciera que siguen cada mañanera para descifrar los mensajes en código que se usan en cada proclama, y saber ahora en contra de quién deben enderezarse los ataques.
Pero esa actitud, de ahí la gran preocupación de los grupos morenistas, es que ha venido escalando y con alcances cada vez más lejanos: contra la presidente del Perú –pero silencio cómplice de las atrocidades cometidas por Daniel Ortega en Nicaragua-, y ahora hasta con un frente abierto con Estados Unidos, todo parece indicar en el peor momento.
El duelo verbal con el senador republicano Dan Crenshaw, quien presentó la iniciativa para que el Ejército de los Estados Unidos sea utilizado para combatir los cárteles de la droga mexicanos, a quienes pide se catalogue como terroristas. López Obrador dijo que ese tema era ‘propaganda política’, y volvió acusar de injerencistas a los norteamericanos.
Pero este nuevo frente se abre justo cuando cuatro ciudadanos norteamericanos fueron secuestrados el viernes pasado en Matamoros, Tamaulipas, apenas cinco días después de que en Reynosa, el Ejército disparara indiscriminadamente contra los tripulantes de una camioneta blanca con un saldo de cinco muertos, entre ellos un joven estadounidense.
En rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre calificó la desaparición de los cuatro ciudadanos estadounidenses como ‘inaceptable’, el FBI que aparentemente participa en las investigaciones, ofreció una recompensa de 50 mil dólares a quien proporcione información para rescatar a los secuestrados, y detener a los agresores.
Sin que se dieran detalles al respecto, este lunes desde media mañana hasta pasado el mediodía, el embajador norteamericano, Ken Salazar, se reunió en Palacio Nacional con el presidente mexicano. Elon Musk, el inversionista que construirá una mega planta en Nuevo León escribió en su cuenta de twitter, refiriéndose a los hechos de Matamoros: “Esto es una locura”.
Parece que alguien está metido en camisa de once varas, y no se ve tan sencillo que salga del atolladero en que está metido. Solo que envíe un mansaje a los delincuentes: no sean gachos, yo que en vez de balazos les he mandado abrazos; regrésenos a los secuestrados ¡pero vivos! Porque parece que los gringos ahora sí están enojados, y esos no saben dar abrazos.
Saludos y abrazos (no balazos). Ya saben quién.
@JulianParraIba