sábado 23, noviembre, 2024

A LA BÁSCULA

Pistolita de agua

Julián Parra Ibarra

Cuando una persona no ha trabajado en toda su vida, nunca ha tenido un negocio y por lo tanto no ha generado un empleo, no sabe cómo es el mundo de los negocios. Se imagina que una planta como la que Tesla pretende instalar en México, un día antes de su anuncio el propietario Elon Muks puso a girar una ruleta en la que incluyó nombres de muchas ciudades de todo el mundo, y en la que al parar fuera señalada por la flecha, esa sería la ciudad elegida para instalar su multimillonaria planta para construir autos eléctricos.

¡Y lotería, la ruleta se paró en el estado mexicano de Nuevo León!

¿Para cuánto tiempo le gusta que Musk y su gente tuviera estudiando el sitio que decidieron para construir su nueva planta? ¿Cuánto tiempo y dinero habría invertido el magnate en todos los estudios necesarios para la toma de decisión? Vamos, si hasta para la apertura de una tienda de conveniencia se realizan estudios de mercado para colocarse en puntos que, con base en éstos, les garanticen a los inversionistas el pronto retorno de la inversión, así como el menor tiempo en la generación de utilidades.

Por ello cuando ya saben quién, dijo que si Tesla insistía en instalarse en Nuevo León le negaría los permisos, a menos que decidiera irse a Hidalgo por la cercanía con el AIFA -al que no sabe cómo apuntalar para que deje de ser una máquina de perder dinero- o a algún estado del sureste mexicano; aun sin ser expertos se sabía que no habría más que de dos sopas: o le permiten instalarse donde ellos decidieron hacerlo, o la inversión se irá a otro país que no le dé de patadas al pesebre.

Y, muy rápido se dio cuenta que Musk no es como los empresarios mexicanos a los que cuando los requiere les pide su apoyo para tratar de bajar la crisis, que no aumenten sus productos, y muchas cosas más; y por el otro lado los insulta, los agrede, los acusa de corruptos, de conservadores, de fifís, de aspiracionistas, de rateros, de ignorantes. Los de aquí, para no meterse en más broncas, ‘cierran el pico’, ‘aguantan vara’, pero con el director de Tesla, qué rápido dobló las manitas, de inmediato cedió con la sola promesa de que la nueva planta en Nuevo León utilizará agua reciclada para todos sus procesos ¿Se imagina los volúmenes de aguas negras que desecha la zona metropolitana de Monterrey? Que una vez tratadas podrían abastecer no una, sino dos y si me apura hasta tres Teslas de un trancazo.

La buena noticia es que Tesla viene a Nuevo León, y Coahuila de manera colateral, es uno de los estados que más beneficiados se verán con las proveedurías, por todas las empresas que componen el clúster automotriz en la entidad.

¿No que no tronabas, pistolita de agua?

laotraplana@gmail.com

@JulianParraIba

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