¿Por qué los personajes más desagradables de una película a veces nos fascinan? ¿Qué sucedió el verano de 1974 que nos cambió la vida? ¿Es verdad que el cine es mejor que la TV? Con preguntas como éstas se articulan los seis capítulos de esta dispareja serie de ensayos audiovisuales disponible en Netflix sobre la historia del cine, producida por David Fincher, donde van y vienen películas tan disímiles como «Tiburón» «Lawrence de Arabia» y «48 horas» o tratando de explicar el tema de la venganza como leit motiv hasta las diferencias entre el 2D y el CGI en animación
Víctor Bórquez Núñez
VOIR significa ver en francés. Y de eso se trata esta serie de videos cinéfilos que intenta (sin lograrlo del todo, pero lo intenta) sumergirse en los misteriosos caminos que llevan hacia el cine, entendido como arte, espectáculo y también reflejo del estado social. Siguiendo la huella que dejaron maestros como Martin Scorsese o Quentin Tarantino, en esto de indagar en el lenguaje específico del cine y sin alcanzar el nivel de abstracción alcanzada por Jean-Luis Godard, VOIR pretende que nos demos cuenta del material que se encuentra más allá de las imágenes.
Esta serie parte del hecho que el director David Fincher (Los siete pecados capitales, Zodíaco) es el que coordina y selecciona a los participantes que muestran su ensayo cinematográfico, siguiendo solo un gran hilo conductor: el cine es material precioso para tratar de entender la naturaleza humana. Fincher no es el protagonista ni el director de la serie, sino es quien leyó las propuestas y eligió los proyectos para unificarlos y darles cuerpo en esta serie.
¿Quiénes son los responsables de los hasta ahora seis ensayos que tiene la temporada? Críticos de cine, analistas y especialistas en materias audiovisuales o expertos en gráfica computacional, lo que de manera decisiva marca el énfasis y la calidad del análisis, es decir, depende de su capacidad para ahondar en sus temas o en la forma específica de mostrar sus pensamientos usando las imágenes como soporte.
Como se trata de personas con sensibilidades y conocimientos respecto del cine muy diferente, el resultado que vemos es ecléctico: tan pronto nos adentramos en un viaje nostálgico a un verano en que la película ‘Tiburón’ les cambió la vida a los espectadores adolescentes de la época, pasamos a un riguroso análisis casi doctoral acerca de la violencia y la manera en que nos seduce y repugna a partir de las claves que use tal o cual director.
De este modo, cada episodio tiene un énfasis especial y específico a una serie de temas, sin que exista una relación directa con los demás y, por lo mismo, se pueden ver en cualquier orden ya que son unidades independientes. Algunos son derechamente ensayos personales, otros más clásicamente críticos y académicos, y los otros se acercan al tema histórico.
Indudablemente que es una serie de cortos interesantes solo si el espectador es cinéfilo o, por lo menos, está interesado en aprender acerca de cómo el cine modela gran parte de nuestra sensibilidad, aunque en estricto rigor, de los seis capítulos solo en dos de ellos se puede encontrar algo original, distinto y en verdad esclarecedor. Como serie es ideal para una persona que desee tener un punto inicial para estudiar más respecto del cine y para el cinéfilo solo como un recordatorio de tantos filmes visionados en su vida que, para bien o para mal, se instalaron en su subconsciente.
SEIS MIRADAS AL CINE
VOIR parte con un ensayo escrito y narrado por Sasha Stone, diseñado como un proyecto muy personal que nos sitúa en el verano de 1974, cuando Sasha tenía diez años. En ese lejano verano fue una y otra y otra vez al cine con su hermana a ver ‘Tiburón’, la mítica película de Steven Spielberg que se convirtió en un notable éxito de taquilla. En este capítulo inicial, se plantea el antes y el después del cine de Hollywood, llegando a asegurar que desde entonces la industria cinematográfica estadounidense fue olvidándose del público femenino y de los personajes complejos para centrarse en películas taquilleras y hechas por receta según el gusto masculino.
La venganza es el tema del segundo corto de VOIR, que pertenece a Tony Zhou. Lo analiza como el clásico aspecto del cine de Hollywood, usando para ello decenas de trozos de películas características en materia de venganzas, analizando qué es lo que apasiona a los espectadores que se ven expuestos a historias de peleas y ajustes de cuenta, donde solo funciona la venganza como mecanismo de solución para los conflictos y en donde el filme coreano ‘Simpathy for Lady Vengeance’ de Park Chan-wook, es la excusa. En su conjunto, queda la sensación de que el autor de este capítulo no cierra de manera adecuada su tesis y cae en lugares comunes referentes al tópico de la violencia y la venganza.
El tercer corto es de Drew Mc Weeny, quien parte de su película favorita -Lawrence de Arabia- para centrarse en el concepto de que los protagonistas de las películas le tienen que caer bien a los espectadores, un tema generado en Hollywood y que rara vez se trastoca. El autor de este capítulo reconoce que el personaje de Lawrence de Arabia no es de su agrado, pero el filme lo fascina, tratando de entender cómo funciona esto de la identificación (o distanciamiento) que determinados protagónicos provocan: muchas veces, asegura Mc Weeny, las grandes películas se hacen con personajes no particularmente buenos, nobles o queribles, tomando como base el cine de Scorsese en general y el Michael Corleone de ‘El Padrino’ como modelo particular.
En el cuarto episodio, realizado por Taylor Ramos y Tony Zhou, ofrece un acercamiento más técnico-artístico cuando se centra en animadores, en las diferencias entre animar en 2D y CGI y trata de observar el concepto de «atractivo» o «appeal«: ¿qué es lo que hace que un personaje sea atractivo para el espectador? Este capítulo es más que fascinante porque indaga de lleno en lo visual (en el voir de la serie) y explica cómo con formas –triángulos, círculos, rectángulos surgen movimientos y se logra alcanzar la armonía entre las imágenes y aparecen personajes inolvidables.
La mirada histórica tradicional es el eje del quinto episodio. Recorre la historia del cine en relación a la televisión y cómo Hollywood debió reinventarse para sobrevivir hasta llegar al siglo XXI y la relación de amor y odio entre películas del cine y series desde el streaming articuladas a partir de las reacciones del público. Como material es poco lo que aporta de originalidad, pero sirve como repaso ordenado de la necesaria evolución del cine en un contexto determinado por el avance vertiginoso de la tecnología y el cambio radical de los gustos de los espectadores del siglo XXI.
El sexto y último episodio es por lejos el mejor de la temporada. Es un análisis en profundidad de la película ’48 Horas’, filme de Walter Hill de los ochenta donde todo el conflicto se centra en los elementos raciales, en la relación tensa entre un convicto (Eddie Murphy) y un policía, interpretado por Nick Nolte. Este filme es importante cuando se entiende que pertenece a una época donde la presencia de los afroamericanos en el cine era por lo general secundaria a los protagonistas blancos. Y como el filme de Hill trastocó estas ideas, adquiere estatura y peso. El episodio escrito y narrado por Walter Chaw, aprovecha de referirse a las ideas visuales y narrativas del cine de Hill, logrando una calidad estimable y cerrando de modo brillante una temporada que, sin ser notable ni reveladora, deja el gusto de haber repasado instantes, personajes, directores y películas que están enclaustradas en nuestra memoria cinéfila.
VOIR: UNA MIRADA AL SÉPTIMO ARTE (Voir, Estados Unidos/2021).
1- El verano del tiburón, por Sasha Stone. Duración: 17 minutos.
2- La ética de la venganza, por Tony Zhou. Duración: 18 minutos.
3- Pero no me cae bien este personaje, por Drew McWeeny. Duración: 23 minutos.
4- La dualidad de la percepción, por Taylor Ramos. Duración: 22 minutos.
5- El cine contra la televisión, por Taylor Ramos. Duración: 20 minutos.
6- Profana y profunda, por Walter Chaw. Duración: 22 minutos.Duración total: 122 minutos. Disponible en NETFLIX.