García Luna en la estrategia de comunicación de López Obrador
José Vega Bautista
Para Dominique Walton la comunicación política “es el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política: los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de sondeos.” (La comunicación política: construcción de un modelo, 1995)
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por un modelo de comunicación encabezado por él en una exposición diaria. En ese afán, el presidente ha incluido en su conferencia mañanera diaria un tema coyuntural que lo beneficia en su objetivo de seguir exhibiendo el pasado reciente: El juicio al secretario de seguridad pública del entonces presidente Felipe Calderón; el juicio contra Genaro García Luna, acusado de trabajar para el cártel de Sinaloa.
Para ello, el 24 de enero del presente López Obrador manifestó: “Consideramos importante que la gente que ve las mañaneras conozca cómo se está llevando a cabo este juicio”.
“Y es importante”, continuó diciendo, “porque, primero, es muy vergonzoso, se trata de una autoridad del más alto nivel que estaba a cargo de la seguridad pública durante el gobierno de Calderón y que tenía una doble función, según las acusaciones que está haciendo el gobierno de Estados Unidos: que al mismo tiempo que se encargaba de la seguridad pública, protegía a uno de los carteles o de los grupos de la delincuencia organizada, estaba al servicio de un grupo de la delincuencia organizada y que recibía dinero por eso.
Entonces, lo detienen hace como tres años. Empiezan a recabar pruebas, a buscar testigos, a hacer la investigación. Por fin, después de esos tres años, se constituye el jurado para juzgarlo y ayer inició el juicio.
Entonces, sus abogados sostienen que es inocente, que quienes lo acusan no cuentan con pruebas y que se están valiendo de testigos protegidos que tienen también antecedentes penales, que fueron deportados a Estados Unidos y que eso es lo que están utilizando de prueba. Hasta ahora, no ha habido pruebas así, vamos a decir, fehacientes.
Se habla también que acumuló una fortuna de muchísimo dinero, de alrededor de mil millones de dólares. Ayer, el que lo acusa habla de que recibía un millón de dólares diarios.
Y vamos a informar también qué dicen sus abogados. Ya se está hablando de sus cómplices de García Luna, de algunos que trabajaron con él.
Pero es un drama judicial; como diría el escritor José Agustín, una tragicomedia, y no queremos que pase de noche o que la gente no se entere, porque sinceramente no le tenemos confianza a los medios convencionales en el país porque guardaron silencio durante mucho tiempo, incluso avalaron acciones vinculadas con los gobiernos anteriores, sobre todo en el tema de corrupción.
Y vuelvo a repetir, no todos los medios, pero sí tienen más capacidad de informar masivamente no están hoy muy dispuestos a hacerlo, a garantizar el derecho a la información que tiene el pueblo. Entonces, por eso vamos a estar informando.
Sí, diario vamos a buscar un mecanismo con el compromiso de hacer las cosas lo más objetivo posible, porque esto de la objetividad también es relativo, pero lo más profesional, informar.
Cuánto diéramos si los medios verdaderamente informaran. No estoy hablando de orientar —que en realidad fuesen medios de información— mucho menos de concientizar, esa es una labor de dirigentes; los medios, su función es informar y estar lo más cercano a la gente y lo más distante que se pueda del poder económico y del poder político.
Pero eso no sucede, se editorializa todo, todo, y por eso vamos a estar informando. No sé si tenemos algo hoy sobre eso”.
Dirigiéndose a Jesús Ramírez, comunicador social de la presidencia, dijo: “¿Por qué no la describes o la lees? Y ya mañana vamos a hacer un reporte, ustedes, de lo que nos informen, puede ser un video o algo. Pero empecemos porque ya fue ayer el primer día”.
En seguida, Jesús Ramírez inició: “Esto es la nota de La Jornada, del corresponsal David Brooks de La Jornada, del juicio en Nueva York en contra de Genaro García Luna”.
Y así cada día López Obrador en la conferencia mañanera ha brindado un espacio al tema del juicio de García Luna.
Ante esta estrategia, vale la pena recordar, las palabras de Manuel Castells (Comunicación y poder, 2012): “AMLO construye a diario un relato persuasivo para afianzar su poder y acorralar a sus contrapoderes. Por eso, en las mañaneras hay buenos y malos, aliados y opositores, neoliberales y progresistas, machuchones y gente del pueblo. Una lógica en la que los antagonistas oponen y resisten, pero también sostienen». (Aristegui Noticias)
Por otro lado, Roy Campos ha señalado sobre la estrategia de López Obrador: «su comunicación diaria, con un estilo coloquial lleno de refranes, dichos y palabras populares, siempre contienen dos elementos centrales:
a).- Nos recuerda que el monstruo sigue ahí, que no ha sido vencido y que para vencerlo se requerirá tiempo y sacrificios de todos; pide tener paciencia, pero mostrando y recordando los niveles de corrupción de los gobiernos anteriores, englobándolos a todos en uno solo.
b).- Habla siempre de los programas sociales que vienen, de su objetivo y de su razón de ser, de la justicia social que los valida y de la forma en que se implementarán para evitar la corrupción.
En otras palabras, de manera nada sutil nos recuerda varias veces al día sobre todo la razón por la que su movimiento ganó y nos dice lo que va a lograr, esto es claramente una continuación de su campaña electoral, y al hacerlo de manera tan intensa, es una forma de mantener el Movimiento.
La popularidad de López Obrador se mantiene por su habilidad de mantener el movimiento que lo llevó al poder, no por sus promesas, no por hablar diario, no por sus programas sociales, es la conjunción de todo lo que lo sigue mostrando como un líder en movimiento, lo hace muy bien». (El Economista)
López Obrador ha hecho de su política de comunicación una estrategia para reafirmar día a día su legitimidad, es decir, para ratificar el reconocimiento por parte de la población de que él es el idóneo titular del poder ejecutivo y en el que confían para ejercerlo.
@Pepevegasicilia