domingo 24, noviembre, 2024

«El arte no es para cobardes»: Luisa Josefina Hernández

Raúl Adalid Sainz

Sentencia clave dicha por una mujer artista. Por alguien que evidenció el alma de la mujer en la literatura, en sus obras de teatro. Evidentemente, Luisa Josefina Hernández, conoció el alma humana. La espulgó, viviendo su propia vida. Diciéndose verdades. Observando, viendo, oyendo, sintiendo, y confrontando la existencia. Poniéndose un espejo ante sí misma.

Por eso sus obras llegaban al público. Eran fieles, honestas, valientes para llegar al nudo de los conflictos humanos. Exigían una respuesta por parte del público. Un artista, que pretenda serlo, deberá cruzar los umbrales de sus distintos corredores de vida.

Deberá decirse, cara a cara, lo que cree, siente y decide, acerca de una situación personal o de carácter humano. «El arte no es para cobardes», quien pretende abrigarlo, sabrá que la exploración de las grandes tesituras humanas, está más allá de la absurda cultura obsesa del éxito.

Parte desde la responsabilidad de un compromiso por prepararse, ser puntual para llegar a un ensayo, estar dispuesto a sacrificar el yo en nombre de la universalidad de conocer y transmitir un personaje. «Libérame de mi mismo para servirte mejor».

Así decretaba Miguel Ángel a Dios, antes de empezar su sesión matutina de pintar el techo de la «Capilla Sixtina». La valentía del despojo personal narciso para entregarse a Eros.
Cuánta profundidad encierra el aforismo dicho por la gran mujer artista, Luisa Josefina Hernández.
Un artista requiere, cual sentencia del oráculo de Delfos griego, enfrentarse a la inscripción de entrada del templo: «Conócete a ti mismo». Un encuentro total, no propio para cobardes. Conocer la verdad de uno mismo, duele.

Aún vibro al recordar aquel montaje de seis obras teatrales, de Luisa Josefina Hernández, seis de once obras, llamadas: «Los Grandes Muertos». Un viaje a los orígenes de su familia en Campeche. Donde personajes vivos aparecían, donde el alma de la mujer declaraba su verdad, donde el ser humano se volcaba desde el mirador de la conciencia teatral.

Un gran homenaje en vida para la gran dramaturga, hecho por la «Compañía Nacional de Teatro», en el año de 2018. Una dirección impecable de José Caballero para ese ser de valentía llamado: Luisa Josefina Hernández. Hoy en su última llamada me resuena su sentencia contundente: «El arte no es para cobardes».


Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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