Coinciden en los estrenos de Netflix dos películas sumamente entretenidas y de excelente factura fílmica, donde un alevoso crimen es el punto que concentra a personajes que resultan sospechosos -Onion Glass y 7 Mujeres y un misterio- que, aunque no alcanzan mayor estatura, son esos filmes ideales para matar una tarde de domingo, pasarla bien y jugar a tratar de saber antes que los protagonistas quién es el asesino de turno.
Por Víctor Bórquez Núñez.
‘7 MUJERES Y UN MISTERIO’
El realizador italiano Alessandro Genovesi dirige una película que parte encerrando a siete mujeres en una casona, donde el dueño de hogar amanece apuñalado por la espalda. Un pretexto ideal en clave de ese subgénero denominado giallo, que constituye además el remake de la película de François Ozon «8 mujeres» (8 femmes, 2002), que a su vez se basó en la obra teatral de Robert Thomas y que, en comparación, resulta siempre más arriesgada y con un elenco que provocan mayor empatía con los espectadores.
En esta nueva versión italiana, la historia se concentra en una bella casona de a mediados del siglo pasado. Allí, siete mujeres -Margherita Buy, Diana Del Bufalo, Sabrina Impacciatore, Benedetta Porcaroli, Micaela Ramazzotti, Luisa Ranieri y la icónica cantante Ornella Vanoni- quedan encerradas durante la cena de Nochebuena, teniendo todavía fresco el cadáver del patriarca asesinado en la habitación del primer piso, mientras una implacable tormenta de nieve les impide tratar de escapar de ese lugar. Esas mujeres son la esposa del asesinado, la suegra, la cuñada, las dos hijas, la amiga (y amante) y una extraña mucama recién llegada. Según transcurre el relato, nos damos cuenta que todas esas mujeres tienen razones más que suficientes para ser la asesina y entre ellas comienza un juego macabro de tratar de descubrir quién es la causante de todo esa situación.
En su estructura, ‘’7 mujeres y un misterio’ (7 donne e un mistero, 2021), es una comedia negra que emula casi todo lo creado por el director francés Ozon, tratando de concentrar algunos temas muy de esta época en el guion, los cuales casi nunca son tan bien integrados, en una película adaptada por Genovesi junto a Lisa Nur Sultan, en donde se han sacado personajes del original y tratado de dar algo de modernidad a las mujeres. No obstante, este remake no alcanza a superar a la película original que tiene de modelo y allí donde el francés Ozon era irónico y audaz (introducía toques de comedia musical y trabajaba con el color en cada uno de los planos), el realizador italiano es solo respetuoso, sin alcanzar la subterránea perversidad de la versión original.
Aun siendo entretenida, ideal para quien desea pasar un par de horas sumergido en una historia de asesinos y sospechosos, esta nueva versión termina siendo demasiado esquemática y predecible, desaprovechando el potente juego de enfrentamientos que se originan en el marco de un juego misterioso, lleno de situaciones absurdas y de secretos inconfesados, gracias a lo cual se desliza con algunos tropiezos y en donde destaca la cuidada ambientación, el colorido vestuario y el impecable trabajo de caracterización de la época.
Para destacar de las siete protagonistas, la muy elevada interpretación de Margherita Buy (rol que le correspondió a la inimitable Catherine Deneuve en la película de Ozon), la que sabe conducir a sus compañeras hasta alcanzar un elenco coral de gran nivel. Son ellas el corazón de este remake que, insistimos, decae frente a la notable puesta en escena que hizo Ozon en la original pero que no deja de ser un vehículo excelente en materia de entretención, sobre todo en una tarde lluviosa de un domingo.
‘ONION GLASS´
En 2019 el guionista y director estadounidense Rian Johnson (Brick, Los estafadores, Looper: Asesinos del futuro, Star Wars: Los últimos Jedi) estrenó Entre navajas y secretos (Knives Out), alcanzando un éxito tan sorprendente como merecido entre los espectadores y la crítica especializada, recaudando además 313 millones de dólares en los cines de todo el mundo. A raíz de este batatazo, tres años después (y pandemia incluida), la plataforma Netflix acaba de presentar una suerte de derivado de ese especial universo que creó el filme de Johnson, salpicado de mucho humor negro, con un par de actores notables y sacando provecho al eterno esquema de la literatura de Agatha Christie.
Este filme es para disfrutar sin complejos, porque ‘Glass Onion: Un misterio de Knives Out’ (Glass Onion: A Knives Out Mystery, Estados Unidos/2022), en sus 139 minutos no defrauda, impacta con sus notables escenarios de la costa griega y plantea un misterio por resolver que atrapa una vez que se entiende (en verdad se alarga demasiado la explicación respecto de cómo se arma el juego del gato y el ratón).
Resulta interesante que el cine vuelva a beber de la literatura clásica de Agatha Christie, en particular con las experiencias de Asesinato en el Expreso de Oriente (2017) y Muerte en el Nilo (2022), ambas dirigidas por el talentoso actor y realizador Kenneth Branagh, que además se reservó el papel del detective Hércules Poirot.
Acá el “esquema Christie” (un grupo de gente encerrada o aislada en un lugar en el que todos tienen suficientes motivos como para ser el asesino o la asesina de turno) funciona de manera perfecta, sobre todo cuando quien los convoca es un multimillonario con pasado oscuro y sus invitados resulta un grupo tan excéntrico como variopinto.
Realizada en plena pandemia, resulta interesante el detalle de la fumigación en la boca que les permite a todos sacarse la mascarilla y embarcarse en un yate lujoso que los conduce a una isla en medio de las costas griegas, lugar que alberga la mansión del magnate Miles Bron (Edward Norton) quien los invita a un fin de semana en el que, insiste, morirá a manos de uno de sus propios invitados.
A esa cita llega también el detective Benoit Blanc (Daniel Craig), el único de los personajes que aparecía en la película A Knives Out Mystery, de la que ésta deriva. Será él quien deberá tratar de descifrar el misterioso juego que supone tratar de entender la muerte anunciada. El grupo convocado está compuesto por un conjunto que se autodenomina los perturbadores, integrado por Birdie Jay (Kate Hudson), una ex supermodelo ícono de la moda aunque también en víctima de la cultura de la cancelación, acompañada por su asistenta Peg (Jessica Henwick); Lionel Toussaint (Leslie Odom Jr.), un científico brillante e idealista; Duke Cody (Dave Bautista), un tipo rudo de armas tomar que supo ser un influencer de Twitch y defiende “los derechos de los hombres” en YouTube, que llega con su joven novia Whiskey (Madelyn Cline); la política Claire Debella (Kathryn Hahn), actual gobernadora de Connecticut; y Cassandra Brand (Janelle Monáe), más conocida como Andi, socia de Miles Bron en sus inicios, pero luego traicionada y estafada por el millonario.
En su metraje, el detective debe tratar de entender y calzar las piezas del juego que se extiende delante de sus ojos y que constituyen las capas de la cebolla a que alude el título original, congruente con lo que sucede en esa ola de enigmas, misterios, delitos y culpas que hacen de este relato un filme que requiere mucha atención de los espectadores, porque hay muchos datos que no son tan sencillos y que resultan entretenidos de resolver, tratando de descubrir quién es en verdad el asesino de la fiesta. Lo que en verdad resulta novedosa es la forma en que se nos presenta una versión de los hechos, los cuales mediante largos flashbacks (saltos al pasado) se nos explican de un modo distinto, lo que impide tener solo una visión y descubrir, por tanto, revelaciones que no dejan de ser más que sorprendentes.
Ojo que en el filme aparecen en cameos brevísimos actores como Ethan Hawke y Hugh Grant, los que de seguro constituyen bromas personales del director, empeñado en convertir este filme en un ejercicio de ingenio y precisión que, de todas maneras, conforman un filme amable, entretenido y más que sorprendente.