Ulises Salas
Beneficiario directo
El virtual candidato del PRI al gobierno de Coahuila, Manolo Jiménez, parece ser que no va a requerir de un gran equipo para ganar la elección en el 2023.
El trabajo fuerte de desgaste lo realizan sus principales opositores en Morena, cuyas tribus se atacan encarnizadamente y se debilitan innecesariamente.
El escenario es en estos momentos favorable para el Revolucionario Institucional, que observa con agrado, el derrumbe de la ola guinda, que aun aparece con buenos números en los
sondeos electorales.
Manolo no tiene la culpa, pero es el principal beneficiario del encontronazo entre las tribus del senador con licencia Armando Guadiana y las huestes de Ricardo Mejía.
Ahora si que va en caballo de hacienda…
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Saldo agotado
La red de protección se debilita rápidamente y cada vez luce más complicada la posición de Ricardo Mejía Berdeja al frente de la subsecretaria de Seguridad Pública federal.
Gobernadores, senadores, e integrantes del gabinete federal intentan razonar con el ex aspirante a gobernador de Coahuila, y le recomiendan aceptar el triunfo de Armando Guadiana.
Y es que aseguran que el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador no es muy dado a tolerar indisciplinas y menos de sus gentes más allegadas.
El político lagunero se tomó unos días de vacaciones para reflexionar sobre su futuro político y profesional, y es posible que entre jueves o viernes fije un posicionamiento final.
Mientras tanto, el equipo cercano de colaboradores se fracturó, pues unos, – los menos- pugnan por irse por la libre y que Mejía Berdeja sea candidato a gobernador fuera de las filas de la Cuarta Transformación.
Los más, recomiendan a Ricardo optar por la institucionalidad y mantenerse al lado del presidente de la República, y atender su recomendación de apoyar a Guadiana Tijerina.
Ricardo no llegó solo a Coahuila, lo hizo por instrucción directa del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ahora el mismo mandatario nacional le pide apoyo para sacar adelante su proyecto presidencial y es el momento de hacer valer la lealtad.
La política no es cuestión de juego, y menos en una posición de privilegio como la que actualmente Ricardo detenta.
El hilo se rompe por lo más delgado…
