El último tango en Qatar
Marcos Durán Flores
¿Qué tienen en común Alfredo Di Stefano, Ferenc Puskas, Eusebio, Johan Cruyff, Zico, Michel Platini, Karl Heinz Rummenigge, Mark Van Basten, Roberto Baggio, Modric, Cristiano Ronaldo y Neymar? Que además de un talento futbolístico monumental, ganaron campeonatos continentales, copas de campeones, balones de oro, campeonatos nacionales, títulos de máximo goleador. Fueron y son los ídolos de las masas, con vitrinas llenas de trofeos, medallas y fotos de celebraciones, pero ninguno de ellos, alcanzó lo más importante y prestigioso: Jamás lograron levantar el trofeo de la Copa del Mundo.
Puskas, Cruyff, Rummenigge, Baggio están en el grupo de los grandes ganadores-perdedores, que se quedaron a a un paso del paraíso futbolístico. El as húngaro se destacó en la Copa del Mundo de Suiza en 1954. Veinte años después, Johan Cruyff y el fútbol total holandés sorprendía al mundo con el tres veces campeón de Europa consecutivo con el Ajax, frenado por el proverbial pragmatismo y cinismo futbolístico alemán.
Rummenigge fue campeón de Europa, ganó el Balón de Oro, pero Paolo Rossi y los Azzurri le impidieron subir al cielo futbolístico en España 82. La misma suerte corrieron Platini y Van Basten (todos campeones de Europa, todos ganadores del Balón de Oro y todos sin el título de campeón del mundo)
Roberto Baggio “El Divino”, había hecho la promesa a su padre de llevarle el título de campeón mundial a Italia, pero esa pierna derecha mágica lo «traicionó» en la tanda de penales en la final ante Brasil en Estados Unidos 1994.
Eusebio, Michel Platini y Cristiano Ronaldo pararon en semifinales de los mundiales donde Portugal y Francia merecieron mucho más, Platini incluso dos veces (en España y cuatro años después en México). Modric y su Croacia sorprendieron al mundo en Rusia y llegaron muy lejos en Catar.
Zico y Marco Van Basten protagonizaron selecciones románticas, poéticas y espectaculares, pero nada. Los brasileños eran los grandes favoritos España 1982, hasta que su seductora samba fue interrumpida por Paolo Rossi.
Mañana domingo, Messi intentara subir a los altares del fútbol junto a Pele y Maradona, para escribir la historia como el más grande o unirse a los grandes monstruos que se quedaron sin la máxima gloria.
El Mundial de Qatar, es la última oportunidad para corone el sueño, una exigencia que millones de sus seguidores le hemos hecho, comparándolo hasta el cansancio con Maradona a quien supera en trofeos individuales con siete Balones de Oro, cuatro Champions y diez campeonatos de España.
Pero su desempeño en la selección argentina parecería haber estado maldecida con una letanía de finales perdidas y eliminaciones frustrantes. Messi, consagrado como el mejor jugador del mundo, con Argentina era solo uno mas y su deuda con su país seguía creciendo hasta que el 10, finalmente derrotó junto a su equipo el verano pasado a Brasil en el Maracaná en la primera copa América para Argentina, que se sumó a los dos títulos mundiales de 1978 y 1986, ninguno de la mano del genio de Messi, que, en su quinto intento, aspira a estar a la altura de Diego en el panteón del fútbol argentino y mundial.
Esta vez y a diferencia de los otros mundiales, Messi de 35 años, disfruta del amor y de la alegría que él y la selección argentina brindan. Celebra, canta y baila con ellos. Al ganar ante Croacia dijo: “Hay tantas cosas en mi cabeza. No sé cómo describir mis sentimientos cuando veo gente, familias, aficionados que están con nosotros”. A Messi ni siquiera le importó que jugara un partido récord y en su juego número 25 del Campeonato Mundial, igualó el establecido por el alemán Lothar Matthäus y mañana domingo lo superara con su aparición número 26.
Con once goles, Messi ya se convirtió en el máximo goleador de Argentina en mundiales, superando a Batistuta dejando una cosa clara: Messi y su equipo están listos para para una oportunidad histórica y reparar así, la herida imborrable de una final mundialista perdida en Brasil 2014 ante Alemania.
Usted lo sabe, pocas formas de danza son tan inherentemente dramáticas como el tango argentino. Fuerza, pasión y furia, todo en un solo baile. Este domingo Messi tiene una cita con la historia, la final de la copa del mundo en lo que será, su último tango en Qatar.
@marcosduranf