Los damnificados
Jessica Rosales
Luego del proceso interno de Morena para la selección del Coordinador de los Comités para la 4T en Coahuila, que no es más que la designación de su candidato a la gubernatura, ocurrió lo anticipado, el rompimiento y la división de grupos al interior.
La selección del senador Armando Guadiana Tijerina no gustó para nada al equipo y simpatizantes de Ricardo Mejía Berdeja, quien mucho antes de que se lanzara la convocatoria sembró la discordia entre todos mediante el constante uso de sus redes sociales.
Parecía que el subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana competía con su peor enemigo. Primero, inició la guerra sucia, a decir de Guadiana Tijerina, con el uso de las instituciones para demeritar su imagen, reavivando una vieja investigación que estaba concluida; segundo, despotricando en cada oportunidad contra su oponente.
Ahí, en las marchas, en la única rueda de prensa que hizo en Saltillo, en sus mítines políticos dejó claro los roces y la falta de unidad no sólo con Guadiana Tijerina sino con el resto de los aspirantes, quienes no perdieron la oportunidad para decirle sus verdades, como lo hizo Reyes Flores Hurtado a través de un mensaje en redes cuando habló de las irregularidades cometidas que todos sabían y nadie decía.
En todos esos eventos lo acompañaron sus amigos, sus seguidores, aquellos que se vendieron a su proyecto como el expriista Shamir Fernández, el expanista, Rodolfo Walls, quienes con dicho resultado prácticamente sepultaron su carrera política, pues era su única oportunidad para salir del limbo. Y es que ambos pecaron de soberbia, priorizando sus intereses personales y lo arriesgaron todo.
¿Qué pasará con el expriista Héctor Franco quien inevitablemente se lleva de encuentro a su hija Sofia Franco, actual directora de Ecología en el Gobierno Municipal, o el exalcalde interino de Torreón, Jorge Luis Morán?
Otros personajes que se sumaron al proyecto fallido de Mejía Berdeja como el abogado y exdelegado de la extinta Procuraduría General de Justicia en Coahuila, Gerardo Pérez Pérez o el exdirector de la Policía Cibernética en gobiernos priistas, Oscar González Guardiola, éste último que mostró su enojo con un mensaje exhibido vía WhatsApp en el que insulta hasta al propio Presidente.
Tras el resultado del proceso interno de Morena, que decidió por encuestas quien los representará en 2023, recibí algunos mensajes y llamadas de personajes políticos sobre el tema, me sorprendió el de un par de empresarios que, desconocía, le apostaban a ese proyecto.
Dichos personajes, afines a Morena, al igual que la declaración pública que hizo Miroslava Sánchez Galván en entrevista para Grupo Región coincidían en sus comentarios: “La gubernatura volverá a ser del PRI”, “Ahora sí, es un hecho que ganará Manolo Jiménez”.
Vaya, hasta la exdiputada federal, Miroslava Sánchez, felicitó al PRI. Todavía no inicia la campaña y ya se derrotaron. Lo más sorprendente es que durante este proceso interno no se vio ninguna acción del PRI y como reportera me preguntaba ¿Apoco están de brazos cruzados ante una situación que en definitiva impactará en la elección?
Pues ni falta hizo que movieran un solo dedo, solitos en Morena se destruyeron, y hoy por hoy un gran porcentaje de la militancia ha dejado claro que no votarán por Guadiana, y esos morenistas resentidos, otra vez, podrían ser para el senador el principal enemigo a vencer.
En mi opinión, lo que dejó la derrota de Mejía Berdeja es que veremos una campaña de propuestas de todos los aspirantes, pues el ex “Ola Verde” traía una estrategia de ataque y guerra sucia para quien se le pusiera enfrente sin importar quien fuera, y eso, definitivamente, no ayuda a la ciudadanía.
De los damnificados ¿engrosarán la nómina de la Subsecretaría? No le alcanzará para tantos, aunque probablemente López Obrador le ofrezca a Mejía el acomodo de su gente. Es posible luego de que en la mañanera de este jueves no sabía cómo consolar la evidente tristeza del Subsecretario a quien ya no le quedó de otra más que aceptar las encuestas a petición de su Presidente. De los otros damnificados, los influencers que les gusta hacerla de periodistas para engañar a las audiencias, mejor ni hablamos. ¡Hasta la próxima!