lunes 25, noviembre, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

Estoy tejiendo la soga con la que me voy a ahorcar

Jesús Vázquez Trujillo

Corría el año de 1933 y ya se hablaba en las esferas políticas sobre quien habría de ser el candidato que habría de sustituir al general Abelardo L. Rodríguez en la presidencia de la República.

No era un secreto para nadie que quien realmente controlaba los hilos de la política nacional e imponía presidentes a su antojo era el general Plutarco Elías Calles.

Es por lo que, varios militantes distinguidos del Partido Nacional Revolucionario pensaron en la conveniencia de apoyar como candidato presidencial a un hombre que no se dejara “manipular” por el “Jefe Máximo” (Sobrenombre que Luis L. León le impuso al general Plutarco Elías Calles por ser él el único general sobreviviente de la revolución).

El hombre que a juicio de los penerrístas reunía las cualidades necesarias para ser el candidato presidencial, era el general Lázaro Cárdenas del Río, a la sazón secretario de Guerra y Marina del presidente Abelardo L. Rodríguez, quien solo se dedicaba a los asuntos administrativos y fiscales del gobierno.

La política la delegaba en el general Calles.

Desde sus tiempos como gobernador de Michoacán en 1921, el general Cárdenas demostró temple, decisión e independencia política.

Es por ello que al interior del PNR se formó una corriente cardenista, la cual estaba conformada por hombres que ya estaban hartos de la intromisión del general Plutarco Elías Calles en la política del país.

Sin embargo, los generales Calles y Cárdenas eran entrañables amigos desde 1915 por lo que Lázaro fue a pedirle un consejo a Plutarco sobre sí debía aceptar o no las pretensiones de sus partidarios.

El general Calles lo animó a aceptar, haciéndole ver que el partido necesitaba un candidato de unidad y él era ese candidato, a pesar de que personajes como Manuel Pérez Treviño, Melchor Ortega, Luis L. León y Luis N. Morones estaban en contra de su candidatura.

Con gran habilidad e inteligencia política, el general Calles conminó a los disidentes a cerrar filas en favor de la candidatura presidencial del general Lázaro Cárdenas.

Muchos pensaban que Cárdenas sería otro pelele controlado por el “Jefe Máximo”.

Mientras que otros pensaban que, al elegir a Cárdenas como el nuevo presidente, Calles estaba “Tejiendo la soga que finalmente terminaría ahorcándolo políticamente”.

General de División Lázaro Cárdenas del Río.

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