lunes 23, diciembre, 2024

DE RAÍCES Y HORIZONTES

Querido Pablo

Arcelia Ayup Silveti

Lo conocí cuando yo estudiaba en la universidad, me pareció encantador y mágica su propuesta musical.

Me acercó a él un amigo de la Ciudad de México que lo había visto en varios conciertos, tenía todo su material discográfico en lo que usaba entonces, los discos de larga duración.

Me contó cómo se cimbraba cuando estaba frente a Pablo Milanés al micrófono, decía que lo podía transportar a donde sus letras bailaban.

También me enseñó a escucharlo y sólo escucharlo, sin hacer más nada, incluso cerrar los ojos para magnificar la experiencia.

De manera inconsciente lo sigo haciendo cuando algún artista me abraza con su voz o con algún instrumento musical. Considero que con esa acción el artista cumple parte su cometido.

Fui a escucharlo por vez primera al Auditorio Municipal de Torreón. Llevé una rosa del jardín de mi mamá y la acerqué al escenario mientras apagaron las luces del público.

Cuando la descubrió la puso en la bolsa de su camisa de mezclilla. Para mí fue emocionante, aunque mi mamá dijo que nadie sabía para quien trabajaba y que su flor llegó a ese cubano que ni siquiera sabía quién era.

Después fui a verlo al Auditorio de la Ciudad de México, con un lleno total y en la Plaza de Armas de Saltillo lo escuché bajo la lluvia, recuerdo que es la única ocasión que he ido sola a un concierto, la persona que me acompañaría me canceló casi de último momento y no encontré con quién ir.

Eso no fue impedimento para acudir, tampoco cantar o imaginar que Pablo me regalaba una sonrisa por saberme todas sus canciones.

Cada uno resultaron conciertos únicos, en parte porque tanto Pablo como yo estábamos en diferentes épocas y nuestra cosmovisión evolucionaba. En ellos me sentí libre de conectar con su música y saber que una sola persona puede generar tantas emociones.

Milanés despuntó su carrera como cantautor al lado de sus paisanos Silvio Rodríguez y Noel Nicola con la llamada Nueva trova cubana o música de protesta.

Pablo muchas veces fue señalado y castigado por cantar injusticias y no se rindió.

Su canción “Yo no te pido”, sigue entre mis favoritas. Comparto el inicio: “Yo no te pido que me bajes una estrella azul / sólo te pido que mi espacio llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar / solo te pido las palomas que suelo mirar.” Este lunes 21 de noviembre dejó de latir su corazón de 79 años, en Madrid, España. Sus canciones vivirán por siempre.

biznagaas@hotmail.com

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