La disputa por las calles y sus significados
José Vega Bautista
Dijo el jurista y politólogo alemán Hermann Heller: “En lo sucesivo, la relación entre el Estado y la sociedad civil constituirá el más importante problema, tanto teórico como en lo práctico, de la política de occidente”.
La marcha y demás manifestaciones sociales celebradas el domingo 13 de noviembre en donde miles de ciudadanos en calles de la Ciudad de México y otros estados, se reunieron para protestar contra la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador; así como las demás marchas y manifestaciones que, a favor o en contra, se den de aquí en adelante son la simple muestra de una sociedad civil viva.
Una sociedad que reflexiona y da cuenta que en este México de flujo y cambio constante, de conflicto permanente, ya no podemos dejar la responsabilidad a unos cuantos, todos tenemos la obligación de convertirnos en activistas políticos, en agentes de cambio con el compromiso de hacer que la política se convierta en un instrumento al servicio de la sociedad.
Es decir, con una visión moderna, tenemos el deber de participar en la toma de decisiones que afectan al conjunto de nuestro pueblo, debemos de interesarnos en las ideas que mueven a la comunidad, debatir ideas, propuestas, la ruta y los medios que nos llevarán a un constante desarrollo económico, político, social y cultural de la nación. La verdadera transformación social solo se puede dar con la participación de todos para que sea eficaz.
Hoy la ciudadanía exige una renovación del compromiso cívico con la democracia, que articule un nuevo acuerdo social para la participación ciudadana con más instrumentos e incentivos para la participación social.
La exigencia es llegar a una democracia moderna con una mejor proximidad y conexión entre representantes y representados, entre elegidos y electores; es decir entre el gobierno y sociedad, como pieza fundamental de legitimidad del sistema político y su eficiencia.
La sociedad requiere de nuevos hábitos y modos de actuar por parte del gobierno. Respeto al pluralismo y la diversidad; sin adjetivos, solo diálogo franco y abierto, con tolerancia; respeto institucional y fomento a la unidad nacional.
La sociedad civil manifestada demostró, por otra parte, que ha rebasado incluso a los partidos políticos y a sus dirigentes, a quienes les recuerda que, si bien son esenciales para el desarrollo de nuestro sistema democrático, no podrán cumplir su función si no emprenden acciones para su relegitimación, fundamental para su adecuado funcionamiento.
La sociedad que ha iniciado la disputa por la calle y la plaza pública les recuerda con esto que la organización interna de los partidos políticos, sus procedimientos de actuación y toma de decisiones y sus fórmulas de asignación de espacios políticos, son aspectos que han incidido en el alejamiento de los ciudadanos de estos instrumentos de participación política.
@Pepevegasicilia