domingo 24, noviembre, 2024

EN EL TINTERO

Protocolos obsoletos

Jessica Rosales

En Coahuila cada vez son más los casos de acoso escolar y abuso sexual en contra de estudiantes, en este último caso, principalmente en perjuicio de estudiantes de preescolar y primaria.

La edad de los afectados provoca que sean más vulnerables a estos hechos por su inocencia, pues no identifican de inmediato la violencia que están sufriendo y muchos de ellos por medio no buscan ayuda, hasta que la situación se torna grave y es identificada por los padres de familia.

A pesar de la gravedad de estos hechos que en Coahuila, principalmente en la región Sureste, se han documentado las autoridades no tienen bien definidos los protocolos que se deben seguir, los que están vigentes muchas veces no se cumplen, incluso muchos de los docentes y, sobre todo, padres de familia los desconocen.

De acuerdo al documento publicado en la página de la Secretaría de Educación de Coahuila existen protocolos de actuación. No obstante, estos están más encaminados a denunciar conductas ilegales que a prevenir estos delitos.

Además de ello, está información no se hace llegar a los padres de familia a través de campañas de difusión que les permitan conocer las acciones a emprender ante un suceso de este tipo.

Dicho protocolo marca en su apartado sobre “La detección y actuación de abuso sexual infantil”, en su artículo 15 que cuando un trabajador reciba una propuesta o conozca conductas de carácter sexual por parte de alumnas o alumnos, debe notificarlo al Director (a) de la escuela, para realizar las siguientes acciones:

  1. En un término de 24 horas o menos, dará aviso inmediato al superior jerárquico inmediato;
  2. El Director(a) notificará de inmediato a los padres o tutores del alumno o alumna involucrada, para resguardar su integridad;
  3. Canalizar al alumno o alumna para atención psicológica especializada; y
  4. Levantar acta de hechos y documentar las acciones de atención realizadas por la escuela.

Cabe mencionar que en la mayoría de los casos, ni los directores(as) notifican en ese periodo a sus superiores jerárquicos, pues son los padres de familia quienes han detectado los hechos, y mucho menos informan a los padres, cuando están enterados, de lo que les ha sucedido a sus hijos como ocurrió en el caso de la escuela primaria Ignacio Allende en Saltillo.

Aunque el secretario Francisco Saracho ha declarado ante medios de comunicación que comunicación que prepara una estrategia integral urge que elaboren dicho documento, pues mientras eso ocurre, siguen presentándose casos lamentables de abuso sexual.

En espera de esa estrategia, sería importante que la autoridad modifique aspectos relevantes en las escuelas como diferir el horario de receso entre unos grados y otros para evitar también el acoso escolar como lo han planteado algunos padres de familia, vincular a los padres en la vigilancia de la institución y poner restricciones en la convivencia de docentes y estudiantes que no afecten el desarrollo de los infantes sino que dirijan actos que pudieran representar un riesgo para ambas partes, y digo ambas partes, en aquellos casos en que se declaren hechos sean falsos.

Lo único cierto en este momento es que el dichoso protocolo de educación es obsoleto y no cumple con las necesidades de la comunidad estudiantil que cada día se encuentra en mayor riesgo.

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