El hombre que podía hacer milagros
Alberto Boardman
“Creo que el cine y la magia siempre han estado estrechamente asociados. Las primeras personas que hicieron películas fueron magos.” Francis Ford Coppola
Este 2022 se celebró el aniversario número 50 de la película más taquillera de la historia: “El Padrino”, y en referencia al filme se estrenó “The Offer” excelente serie biográfica para televisión producida por Paramount; así como el libro publicado por Editorial Roca: “El hombre que podía hacer milagros”, del crítico de cine, guionista y escritor español, Iván Reguera.
En 1969 el escritor italiano Mario Puzo sorprendió al mundo con la novela más exitosa en ventas durante varios años: “El Padrino”. Robert Evans y Al Ruddy, productores de la Paramount Pictures echaron el ojo a la historia y vieron una película. Después de ofrecer el proyecto a 12 directores, incluyendo al propio Francis Ford Coppola, todos lo declinaron y la película estuvo en riesgo de suspenderse, sin embargo, Coppola asediado por deudas económicas reconsideró y al final aceptó dirigir la historia.
Con apenas 32 años Francis ya tenía en su haber un premio Óscar, si bien, no como director, si como guionista por la película “Patton” de 1970. Con esta experiencia y trabajando junto a Mario Puzo, lograron transformar el libro en movimiento. Sin embargo, una serie de vicisitudes volvería épico concretar su realización, por lo que se necesitó un hombre que literalmente, pudiera dirigir milagros: 177 minutos de extensa duración; problemas con la selección de actores, Brando, Pacino, Caan, Duvall, Keaton; la presión de la “Liga de derechos civiles italo-estadounidense”; los desacuerdos con el director de fotografía Gordon Willis por la iluminación; actores que eran auténticos mafiosos (como Lenny Montana en el papel de Luca Brasi); la presión de Frank Sinatra por el guion; el acuerdo de que la palabra «mafia“ nunca fuera usada en todo el filme y superar seis veces su presupuesto, entre muchas situaciones más, vuelven sin duda la historia de este libro una lectura interesante, no tan sólo para los seguidores de “El Padrino”, sino también, para quien tenga curiosidad por aprender sobre las complicadas entrañas del cine.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.
