(Texto para la presentación del libro: «El Teatro 3», de Mario Ficachi)
Raúl Adalid Sainz
Dice Mario Ficachi en letras de Patricia Chavero: “Nada como compartir lo que se es, lo que se sabe y lo que se tiene, además de lo que se recuerda”.
Un revivir la senda que sí se quiere volver a pisar, para que otros la reconozcan y le pongan su propio nombre.
¿Cuál es el aporte que dan estas obras para la comprensión de la dinámica del campo teatral? Pregunta Paty Chavero en su brillante ensayo de introducción al libro “El Teatro 3” (50 años de conocencias de Mario Ficachi).
El autor palpita la vida a través del teatro. Por medio de él se entiende, y comprende el camino y comportamiento de los hombres. Nos presenta su propio mirador escénico para compartirlo y que saquemos conclusiones personales.
Yo fui el posible lector que Mario se pregunta. Así fui buscado por Patricia Chavero, siempre las cosas suceden por algo. Los dioses deben estar locos, y saben sus por qués.
El libro es como decía Juan José Gurrola a Mario, un soltarse del barandal y arriesgarse, tirándose al vacío, artísticamente hablando. Así el lector, se arriesga a vivir la aventura de la imaginación del sinsentido, vuelta sentido consciente de la vida. Así lo viví yo. Así me arriesgo ahora a decir mi sentimiento hacia mis propias conocencias.
Mario Ficachi es un viajante y quizá por eso decidió hacernos deambular por muchos parajes de su libro. Al cerrar cada sesión, uno vive kilómetros de instantes, de minutos que cubren horas de calendarios que nos reflejan la maravillosa odisea de un Ulises sin busca de retorno. Es un perdernos sin anhelar el regreso. Nos hace vivir el viaje para que permanezcamos en él. Nunca un Ítaca, sólo el camino.
Un futuro actor, escritor, bailarín, dibujante, promotor de la cultura, guarda en un alhajero secreto las memorias de su niñez, de su etapa adolescente, y parte adulta. Algunos las reflexionan, o en el momento preciso las reviven, salen de su escondite y nos las regalan a los curiosos lectores. Son los misterios que los hados guardan sin dar respuestas. Tal es el caso de Mario. El azar de un Héctor, le tenía deparado toda una Troya teatral de acontecimientos.
El libro es una caja enorme de chocolates regalada por Julián Pablo. Es la llamada del teatro por medio de “La Noche de los Asesinos”, de Triana. Donde la Sheridan, Verduzco, y Dumont, hechizan en canto de sirenas la vocación del futuro Ficachi actor.
El autor desacraliza en su honestidad figuras sagradas. Como fue su experiencia con Héctor Mendoza. No hay eufemismos en el escritor, el camino es como fue. Eso nos engancha como lectores.
Son las delicias de los primeros enamoramientos del juego teatral, como aquellos encantos de las clases de Juan Carlos Uviedo.
Pero “El Teatro 3”, 50 años de conocencias, es el humor hilarante de la gente de Dionisos, es la anécdota del director argentino Juan Carlos Uviedo, sirviéndose de la actriz Julia Marichal para pedir a los actores puntualidad y disciplina, cito textual: Dice el director: Les he pedido a todos llegar en hora y no ha sido posible que sean puntuales. Por favor traduce en el español de los mexicanos lo que te voy a pedir…diles que lleguen en hora para poder iniciar los ensayos.
Julia Marichal- ¡Punta de huevones!…dice el maestro que ya ni la chingan llegando a la hora que se les hinchan los huevos.
-Diles que así no podemos trabajar y ya tenemos el estreno muy cercano.
-¿Oyeron pendejitos?…Dice Juan Carlos que hay que chingarle porque de otra forma nos lleva la chingada.
-Diles que ahora vayamos al salón y que espero contar con todos a tiempo la próxima vez.
-¡A darle pues cabrones: y que sea la última vez que hacemos este numerito porque la próxima se van a ganar sus madrazos!
El libro es también viajes por Utah, Disneylandia, San Francisco, cuando Los Beatles sacaron el “Disco Blanco”. Es un brindar con champaña con Pita Amor, en una noche subyugante de “Bar Nueve”.
Es recordar al querido José Luis Ibáñez y sus consejos profesionales en un 18 de febrero, día de su cumpleaños. Es sentir a Ofelia Guilmáin viviendo a León Felipe y diciendo a un joven Ficachi “que es una piedra preciosa”. Es oír del “Pato” Castillo que la profesión de actor es de piernas y nalgas. Por las largas esperas. Al menos en la televisión, yo agregaría que las del cine también, por eso Mario con sabiduría prefirió hacer: Teatro, teatro, teatro.
Es ver, imaginar, al señor teatro, Manolo Fábregas, en Londres, bebiendo coñac, después de una función de Hamlet con Albert Finney, en el mítico teatro Old Vic. Es sentir el talento lúdico de mi querido director Gustavo Torres Cuesta en “Radio City”, en aquel improvisado teatro en el jardín del CUT en San Lucas 16. Es vivir que eres un cómplice y admirador de Carlos Monsiváis, diciéndote que tienes rostro de lanchero de Acapulco.
Pero algo fundamental, es que Mario es fundador de un célebre grupo: “El Contigo América”, sus diez años de trabajo en la duela teatral y de gestión de la asociación se plasman en recuerdo a su maestro Blas Braidot y Raquel Seoane. “Tiao”, vive como un personaje de “Los que no Usan Smoking.
50 años de conocencias, es un tributo a la amistad. A los recuerdos. A los amigos a toda prueba. Uno rememora a los suyos como un espejo de contento sumo al oírlos, sentirlos y amarlos, como algo más que un hermano.
Gracias Mario Ficachi por tanta vida, por tanto teatro, por tanta gente querida que mencionas, por guiar esta nave “Argos” de tu libro, por aventuras insospechadas que nos hacen reconocer y amar como cualquier desterrado nuestra patria llamada ficción, esa que es la tierra prometida de todos los que amamos nuestro santuario llamado teatro.
Muchos somos tus nuevos amigos después de ofrendar en comunión tu bello texto de “El Teatro 3”, 50 años de conocencias. Al fin de cuentas, como digno hijo relativo al Dios Marte, nos has encandilado con tu espíritu entusiasta y de enorme generosidad.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan.
13 de Octubre del 2022, texto para la presentación del libro «El Teatro 3», de Mario Ficachi.